Obama frena el declive educativo
La Casa Blanca pretende elevar el nivel del sistema de la escuela pública con fondos del plan de estímulo económico
Actualizado: GuardarBarack Obama embarcó ayer a su Administración en una amplia reforma del sistema educativo público de Estados Unidos, una de las propuestas electorales que más votos le dio pero también uno de los programas más complicados de llevar a cabo tras años de continuo declive de los estándares escolares. Antes de dar sus remedios, el presidente no se anduvo por las ramas y criticó duramente «el declive de la educación, que es insostenible para nuestra economía y nuestra democracia e inaceptable para nuestros hijos». Entre sus prioridades para dar un empujón al sistema, defendió recompensar a los buenos maestros y despedir a los que sean ineficientes. También pretende uniformar los estándares educativos en un país con grandes desequilibrios fruto de un modelo muy descentralizado, a la vez que aumentar el gasto en la primera y última etapa del periodo formativo de los estudiantes.
En un discurso pronunciado en la Cámara de Comercio Hispana de EE UU, Obama se dirigió especialmente a los sindicatos de maestros, autoridades estatales y a los padres. «Durante décadas, Washington ha estado atrapada en los mismos viciados debates que han paralizado el progreso y perpetuado el debilitamiento de nuestra educación», aseguró. «Demasiados miembros de mi partido se han resistido a la idea de premiar la excelencia en la enseñanza dando más dinero a quien mejor trabaja. Demasiados republicanos se han opuesto a nuevas inversiones para reforzar la educación en los primeros años de la infancia, a pesar de la tremenda importancia de esta etapa de aprendizaje», remarcó. Su discurso tuvo un tono de urgencia en un momento en que las escuelas estadounideneses están a punto de recibir unos 100 millones de dólares -78,9 millones de euros- en ayuda federal procedentes del plan de estímulo económico.
Aunque muchas de sus ideas han sido propuestas con anterioridad o están funcionando en algunos lugares, Obama usó su discurso para establecer sus prioridades usando continuas referencias a que el mejoramiento de la salud de la economía del país depende del éxito en educación. Entre otras ideas, defendió que los estudiantes hicieran más trabajos de investigación e experimentación o que aumenten las horas lectivas de clase, al estilo de algunos países asiáticos donde los alumnos suelen obtener mejores notas que en EE UU.
«Sé que más horas y días de escuela no es algo tremendamente popular», admitió el presidente, para quien los desafíos de un nuevo siglo demandan pasar más tiempo en clase. El presidente recordó que, en tan sólo una década, Estados Unidos ha pasado de ser el segundo país en número de licenciados universitarios anuales a estar ahora en el puesto 11. En otro de sus grandes objetivos, su plan educativo pretende incrementar el número de titulados para 2020, así como ampliar las plazas en la educación preescolar y apoyar las escuelas especializadas.
En su discurso, Obama también lanzó un llamamiento para frenar el número de estudiantes que abandonan la escuela sin concluir los estudios de bachillerato, una lacra que afecta especialmente a los alumnos hispanos y afroamericanos. Un reciente estudio reveló que el 22% de los hispanos no concluye sus estudios secundarios, una proporción tres veces mayor a la de los estudiantes blancos no hispanos. Abandonar los estudios de secundaria ha dejado de ser una opción. «Sobre todo cuando ese abandono se ha triplicado en treinta años o cuando comprobamos que los jóvenes sin título de bachiller cobran la mitad que un diplomado universitario», sostuvo el presidente estadounidense.