El Atlético fue incapaz de marcar en Portugal./REUTERS
fútbol I liga de campeones

Un duelo decisivo marca el futuro europeo del Atlético

Forlán comenzó el partido en el banquillo

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La Copa de Europa es demasiada competición para el Atlético de Madrid, que no dio la talla ante el Oporto , ni en el Calderón, ni el estadio portugués, donde también pudieron ser goleados los rojiblancos si no llega a ser por Leo Franco, que en la segunda parte salvó hasta cuatro tantos, aparte de que otros dos remates de los locales se estrellaron en el palo. El limitado Oporto fue otra vez superior y dio un repaso tras el descanso al 'Atleti', que sólo dominó, sin el 'reservado' Forlán, los últimos 20 minutos del primer tiempo, aunque sin crear ocasiones. El Atlético se despide de la 'Champions' sin conocer la derrota, pero dando una mala imagen y como un equipo insulso que necesitaba ganar en Oporto , o empatar al menos a tres goles, y mostró nula ambición y muy escasa capacidad para aliarse con el balón y asustar algo con Agüero y Forlán. Aunque haya mejorado en defensa, tiene que dar las gracias el Atlético de no haberse llevado un saco de goles en la triste eliminatoria frente al Oporto , cuando el portugués parecía el rival más asequible para alcanzar los cuartos de final en el regreso de los rojiblancos a la Liga de Campeones. No ha durado mucho la alegría.

No ha merecido el Atlético continuar en Europa y Abel será señalado ahora como el principal culpable de la enorme decepción, aunque no sea el único y ya se pudiese intuir la eliminación tras el 2-2 de la ida. El técnico rojiblanco sorprendió al dejar a Forlán en el banquillo, supuestamente porque estaba cansado para jugar desde el principio el partido más importante del Atlético en los últimos 12 años, y los rojiblancos acusaron entonces la pegada del uruguayo, que se perdió casi una hora de partido, aunque tampoco ofreció nada cuando saltó al campo. Aunque el 'Atleti' tardó casi media hora en arriesgar y pasar a dominar a un Oporto al que la defensa 'colchonera' tapó todas las vías, sobre todo, se echó en falta remate. Con Sinama en la banda derecha y Maxi como desaparecido segundo delantero, dejando a Agüero como único punta, el Atlético apenas creó una ocasión en la primera mitad. Estuvo muchísimo mejor atrás que delante. Mucho mérito tuvo que Pablo y las ayudas defensivas anulasen, sólo en el primer tiempo, a Hulk, Lisandro y el 'Cebolla' Rodríguez, y que Assunçao, ante sus ex aficionados, algunos de los cuales llegaron a amenazarle por dejar el Oporto y marcharse al Atlético, no se arrugase en el centro del campo, aunque apenas hubo profundidad.

Aunque el Atlético, que salió acogotado y encerrado atrás, no se desperezó y se hizo con el control del partido hasta el minuto 25, cuando Simao fue objeto de un penalti ignorado por el árbitro, sí dio en ese momento un paso al frente de autoridad, aunque le faltasen las oportunidades y poner más a prueba al poco tranquilizador Helton. Su única oportunidad de gol en el primer tiempo no fue de un delantero, sino de Perea, pero el portero del Oporto sí estuvo muy bien ante el disparo del central colombiano al cuarto de hora, cuando los portugueses llevaban el peso pero apenas creaban peligro. Sí lo tuvieron con una volea de Fernando Meireles ante la que también respondió a lo grande Leo Franco. No hubo más, salvo una acción que se sacó de la nada Agüero a base de carrera y regate, pero en la que era preciso lo más decisivo, un rematador.

No vieron la pelota

Precisamente, fue salir Forlán, y el Atlético, que ya estaba otra vez demasiado prevenido, muy echado atrás, empezó a pasarlo peor en sólo dos minutos que en toda la primera mitad. El Oporto empezó a controlar definitivamente el partido y el Atlético a recular cada vez más. Sin balón, sin ambición, y mal también en lo físico, los rojiblancos empezaron entonces a sufrir frente al tridente ofensivo del Oporto , que era el dueño absoluto del balón y ya no sufría ni siquiera en defensa. El medio campo del Oporto mandaba, mientras los 'colchoneros' vestidos de azul marino corrían sin mucho sentido ni fe a por una pelota que no veían. Se confiaba en Agüero y Forlán, pero, aparte de que no les llegaron balones, no estaban nada bien. Si no hubiese sido por Leo Franco, la incertidumbre se habría acabado muchísimo antes. El portero argentino salvó hasta cuatro veces a su equipo en esa segunda parte en la que el Oporto se olvidó hasta de las ataduras y comprobó el nerviosismo y el bajón de la defensa del Atlético.

El Atlético permitió crecerse al Oporto y sólo en contadas ocasiones fue incapaz de salir de su campo, cuando se le acababa el tiempo para intentar marcar el gol que necesitaba y Leo Franco ya había hecho demasiados milagros ante las oleadas sin tregua de los locales. Además de los paradones, incluso hubo dos balones al palo del Oporto . Un córner directo de Hulk se estrelló en el larguero y otro al poste de Lisandro impidieron que se acabase la eliminatoria mucho antes. Ya casi al final se animó el Atlético, pero entonces ya fue tarde, y con la precipitación y su inferioridad ante un rival bastante más cuajado, fue imposible. Que el 'Atleti' piense en la Liga porque la 'Champions' le queda grande.