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FESTIVAL. De dos en dos, los profesionales exhibieron su talento en la materia. / JUAN CARLOS CORCHADO
Sociedad

Un jerez mezclado y agitado

Una veintena de barman de Andalucía, la Toscana y el Algarve demostraron ayer en las Bodegas Garvey la versatilidad de vinos y brandies para hacer cócteles

MARÍA JOSÉ PACHECO
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«La clave está en no cargar con demasiados ingredientes y apostar una parte de alcohol, un elemento corrector (zumos, etc.) y otro más mezclador que ayuda a que todo se una y que sirve para mejorar el aspecto. Y la decoración, claro». Ésa es para Mauro Milaneschi la fórmula básica para preparar un buen cóctel.

Milaneschi forma parte del equipo de la Asociación de Barman de la Toscana (Italia) que ha viajado hasta Jerez para participar en el I Festival de Coctelería con Brandy y Vinos de Jerez que se celebró ayer en Bodegas Garvey, y con el que esta empresa quiere dar un paso más en su labor de promoción y en su apuesta por los productos del Marco.

«Hay muchas y nuevas posibilidades de consumir vino y brandy de Jerez, y aquí ha quedado demostrado», destacaba ayer Rufino Romero, director de Expansión de Nueva Rumasa. Él formó parte del jurado degustador de esta exhibición que tomó el formato de los concursos profesionales, pero que relajó las normas (no hubo límite de tiempo, por ejemplo) para que ayer algunos de los mejores expertos en el arte de la coctelería de la Toscana, del Algarve portugués y de Andalucía demostraran la versatilidad de estas bebidas que no sólo pueden tomarse solas, sino que casan a la perfección con otros ingredientes como zumos, licores y frutas.

En este encuentro -organizado por Garvey y por la Asociación de Barman de Andalucía Occidental- participaron 18 profesionales que ejercen su labor en las tres regiones mencionadas y que dieron una visión colorista, exquisita, meticulosa en su preparación, de cuáles son los pasos a seguir para elaborar un cóctel, y que presentaron diferentes posibilidades de jereces y brandies que se mezclaron o se agitaron en los vasos y cocteleras.

La jornada dejó grandes escenas como el rincón donde se preparaban los adornos, en el que cáscaras de naranja o limón se convertían en filigranas, muñecos coronados, clips o abanicos, y en el que Samuel Hinojo, uno de los participantes, exhibía un maletín de trabajo con utensilios que no le envidiaría un cirujano. Durante la exhibición, en la que se alzó vencedor el italiano Sabino Kimenta, se disfrutó de la exquisita elaboración de un joven barman andaluz discapacitado, José Luis Hinojo, y junto a él de las acrobacias y la fiesta organizada por el italiano Paolo Mati, de cuyas manos salían al vuelo botellas y cubitos de hielo.

Algunos, como el sevillano Juan Iglesias, apostaron por creaciones como el Sombra de Jerez (vodka caramelizado, fino San Patricio y cava, adornado con un paraguas de caramelo), o por conocidas combinaciones como el Andaluza. Por contra, Alejandro Rodríguez, que se alzó con el tercer premio, creó para la ocasión un admirado cóctel al que aún no ha bautizado y que unía al brandy y al vodka caramelizado una buena parte de helado de vainilla.

Y se puso de manifiesto que el gusto italiano es más seco, mientras que en España las propuestas fueron más dulces y untosas.

Sea como fuere, unos y otros demostraron que hay larga vida para el jerez y el brandy.

ppacheco@lavozdigital.es