2012 y el fin del mundo
No cabe duda que hoy día la comunicación y la información global en nuestro viejo mundo pasan por Internet. Todos los días accedemos a las páginas digitales de la prensa, intercambiamos documentos y programas, accedemos a bases de datos, bajamos de la red textos, imágenes y música. Y utilizamos los buscadores para estar al tanto sobre cualquier cuestión de actualidad. Con esta intención he buscado en Google las posibles referencias a las actividades sobre nuestra futura celebración del bicentenario de la Constitución. La sorpresa ha sido que, al teclear «2012», me he encontrado con que la mayoría de las reseñas se refieren no a nuestra esperada efeméride, sino al fin del mundo que ahora se estima tendrá lugar en diciembre de ese año. Al parecer el calendario maya se acaba en ese momento, lo que unido a ciertas interpretaciones de viejas y extrañas profecías y a la publicación de algunos recientes best-sellers de dudosa calidad, ha puesto de plena actualidad el Armagedón en la red y además para una fecha que, francamente, nos viene muy mal.
Actualizado:La tremenda noticia, como no podía ser menos, ha sido bien aprovechada por los que entienden del marketing. Y así el próximo 13 de noviembre se estrenará en los cines la nueva película de Roland Emmerich, que naturalmente se llama 2012: El día del Juicio Final y cuyo trailer, en el que inmensas olas acaban con los últimos monasterios tibetanos, ya podemos ver en Internet. El autor de títulos como Independence Day o Godzilla, se ha asegurado una magnífica publicidad que se verá, sin duda, reflejada en taquilla. El problema es que la avalancha de información sobre la próxima catástrofe y la dichosa película ha relegado, en el mundo on-line, a las noticias y a las páginas sobre la conmemoración de la Constitución de Cádiz. Páginas que por cierto y tratándose de una efeméride que aspira a tener una proyección internacional, no estaría mal tuviesen su traducción a otros idiomas.
Volviendo al tema del fin de los tiempos, realmente no es que yo crea en predicciones mayas ni espere la llegada de Tezcatlipoca por La Caleta, pero teniendo en cuenta que este mundo en que vivimos nos puede dar una sorpresa cualquier día, personalmente me gustaría vivir, por si acaso, un 2012 por todo lo alto y en un Cádiz de lujo. Si finalmente no pasa nada, que es lo más probable, mejor para todos y a disfrutar con salud de ese Cádiz maravilloso muchos años más. Entiendo, y supongo, que la planificación estratégica para la conmemoración del Bicentenario ya debe estar más que ultimada, y que como en cualquier Plan Estratégico que se precie se habrán analizado las debilidades, las fortalezas, las amenazas y las oportunidades. Sobre los puntos débiles y los puntos fuertes no vamos a hablar ya que, más o menos, todos estamos enterados de ellos, y si no lo estamos los intuimos. Pero que mejor oportunidad que el acicate de tenerlo todo ultimado, todos los proyectos cerrados, todas las infraestructuras preparadas, para que podamos poder disfrutarlas antes de que se acabe el mundo. Y después de Cádiz al cielo, naturalmente con la Aduana.