COLABORACIÓN. Brown saluda al viceprimer ministro principal norirlandés y miembro de Sinn Fein, McGuinness, en las dependencias del Gobierno de Ulster . / AFP
MUNDO

El terrorismo reaparece con saña

El comando del IRA Auténtico disparó sesenta veces contra los soldados y los remató en el suelo

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Los tres terroristas del IRA Auténtico que mataron a dos jóvenes soldados británicos e hirieron a otros dos y a dos civiles que entregaban unas pizzas en un cuartel militar cerca de la ciudad norirlandesa de Antrim, el pasado sábado, dispararon sesenta veces sin que nadie respondiese al ataque. Los miembros de la banda reivindicaron el asesinato en una llamada telefónica a un diario dublinés justificando la acción con los argumentos típicos de la historia de los republicanos irlandeses: exigir el fin de la presencia británica y tachando a los empleados de la pizzería -uno de ellos, un ciudadano polaco que se encuentra muy grave- de «colaboracionistas».

A la repulsa generalizada por el atentado de una organización terrorista cuya acción más cruel y destacada fue el asesinato de 29 personas, incluidos dos turistas españoles, en 1998 en Omagh, han seguido preguntas sobre las medidas de seguridad en la base y la falta de respuesta.

Los soldados asesinados formaban parte de un regimiento de logística y debían partir pocas horas después hacia Afganistán. La cena pedida a un establecimiento próximo era su despedida. Se descuidaron. Y eso que la Policía regional había elevado el nivel de alarma sobre la seguridad a severo por la amenaza de atentados de republicanos disidentes. Ese nivel exige un alto grado de alerta. También se ha cuestionado que los civiles del Servicio Norirlandés de Guardias de Seguridad, cuerpo semipúblico creado para hacerse cargo de la vigilancia de sedes que incluye a los cuarteles militares, no repeliesen el ataque.

Los ejecutores del atentado fueron posiblemente dos, con un tercero como conductor del vehículo en el que huyeron, y que fue pronto abandonado. Se dirigieron a la puerta del cuartel cuando se producía la entrega de las pizzas y avanzaron tras la primera ráfaga para rematar a los heridos cuando en el suelo. Según el general de brigada, George Norton, el militar de máximo rango al frente de las tropas en Irlanda del Norte, los guardias actuaron correctamente, porque no podían abrir fuego porque se arriesgaban a herir a soldados o civiles.

El viceministro para Seguridad y Antiterrorismo, el ex almirante Alan West, que presidió ayer la primera reunión de un nuevo foro que pretende analizar las amenazas a las seguridad británica desde una perspectiva interdisciplinar y estratégica, señaló que el 15% del presupuesto de seguridad del Estado británico se gasta en Ulster, pero que se hará una nueva evaluación para saber si debe ser revisado.

Reforzar la frontera

Los jefes de las policías de Irlanda del Norte, sir Hugh Orde, y de la República de Irlanda, Fachtna Murphy, se reunirán el jueves para estudiar medidas posibles de colaboración entre las dos fuerzas y perseguir a los miembros de los pequeños grupos de disidentes del viejo IRA en la frontera entre las dos Irlandas, donde los terroristas han tenido sus bases logísticas.

El primer ministro británico, Gordon Brown, visitó ayer el cuartel de Massereene, donde se perpetró el crimen y habló después con el ministro principal del Ejecutivo autonómico, el unionista Peter Robinson, y con el viceministro, Martin McGuinness. Brown declaró que los políticos están unidos para avanzar en el proceso político, que calificó como «inamovible». Pero han emergido grietas como consecuencia de la fría declaración de condena al crimen del presidente de Sinn Fein, Gerry Adams. El líder del partido asociado al viejo IRA recordó que su apoyo a la Policía en la persecución de los autores no tiene precedentes, pero añadió y omitió palabras que causarán polémica.

Pero el presidente del partido involucrado en el Gobierno no ha pedido a sus miembros ayudar a la Policía a identificar y perseguir a los integrantes de un grupo terrorista que ellos conocen mejor que nadie. Adams apeló a «nuestro éxito en llevar a la comunidad republicana en su sentido amplio al lugar en el que ahora está» para reclamar el papel como «el mejor juez para saber cómo debo dirigirme a ella».

Lo que sí hizo ayer fue criticar duramente al jefe de la Policía regional cuya transferencia reclama Sinn Fein. Según Adams, Orde cometió un «enorme error» al anunciar la incorporación de unidades de inteligencia para perseguir a grupos como el IRA Auténtico. Acusó a Orde de no entender el rencor con el que los republicanos perciben a esas unidades y le reprochó que ha puesto en peligro el incipiente acuerdo sobre la transferencia de la Policía porque «parte del argumento es que podemos pedir cuentas a nuestros oficiales, pero no hay manera de hacerlo con estas unidades en la sombra y secretas del Ejército».