Electricista y carpintero de uniforme
Mark Quinsey quería ser electricista. A Cengiz 'Patrick' Azimka, en cambio, se le daba mejor la carpintería. El primero, de Birminghan, tenía 23 años. El segundo, de Wood Green, en el norte de Londres, sólo sumaba 21. Ninguno de los dos cumplirá más.
Actualizado:El terrorismo, esa lacra que germina con facilidad entre los descerebrados, acabó con sus intentos de abandonar gracias al uniforme del Ejército británico sus orígenes humildes, con su esfuerzo para conseguir en las milicias la formación que sus familias no pudieron pagar.
Quinsey y Azimka, de padre turco-chipriota, se habían alistado para lograr lo que su cuna le había negado y para ello habían escogido el camino más difícil, el más peligroso, en busca de una recompensa futura entre amperios y sierras de calar. Un misión en Afganistán les permitiría licenciarse con honores y ya formados. Partían el domingo. Pero el sábado fueron asesinados mientras recogían una pizzas. El equipo de fútbol del 38 de Ingenieros ha perdido a su stopper y a su ariete.