Encuentran carbonizado en su coche el cadáver de un joyero de Ciudad Real
La Guardia Civil halló el cuerpo, que fue identificado a través de pruebas de ADN, tras recibir la llamada de una clienta
Actualizado:La Guardia Civil está investigando el asesinato de Eduardo Gómez, un joyero de 40 años, vecino de Moral de Calatrava (Ciudad Real), cuyo cadáver fue encontrado el pasado domingo totalmente carbonizado en el interior del maletero de su coche, un Mercedes, en un paraje de Villafranca de los Caballeros (Toledo).
El joyero, padre de dos niñas de 7 y 12 años, solía recorrer los pueblos de Castilla-La Mancha vendiendo su género. El pasado fin de semana, después de haber almorzado en un restaurante de Villafranca de los Caballeros, fue visto por última vez con vida. La tercera persona a quien iba a ver en esa localidad, Bernardina, fue quien avisó a su esposa de que estaba esperando a Eduardo y éste no llegaba.
En ese momento, su familia denunció su desaparición ante la Guardia Civil, que encontró el cadáver del joyero al recibir una llamada telefónica que alertaba de la existencia de un coche incendiado en la zona.
El cuerpo estaba completamente quemado, por lo que fue necesario realizar la prueba de ADN al cuerpo para confirmar su identidad. En opinión del alcalde de Villafranca, Antonio Galán, «los que lo han matado eran gente experimentada porque han sabido eliminar las huellas».
Su trágica muerte ha conmocionado a los vecinos de Villafranca de los Caballeros y a los de su pueblo, Moral de Calatrava, donde era muy conocido porque «jugó en el equipo de fútbol del pueblo y también participaba en un equipo de fútbol-sala», comentó el alcalde de esta localidad, José María Molina. Otros vecinos del municipio explicaron que Eduardo Gómez «no tenía ningún enemigo», así que la causa más probable del crimen fue el robo.
El alcalde y sus vecinos trataron de consolar a la familia del joyero que «está hecha polvo», según Juan José Gómez, hermano del fallecido. El portavoz de la familia indicó que «sólo pedimos justicia, que se investigue esto, que se busque a los culpables y que cumplan su condena». El Juzgado de Orgaz (Toledo) se ha hecho cargo de la instrucción de este caso y su juez titular ha dictado secreto de sumario.
Un caso parecido ocurrió en junio de 2007, cuando un joyero talaverano, A. S. A., de 50 años, murió de dos puñaladas tras ser asaltado por dos individuos cuando volvía en su coche por un camino rural de visitar a una clienta que vivía a tres kilómetros del Casar de Escalona (Toledo).
La víctima, casado y con dos hijos, era propietario de la joyería Anros, y al igual que Eduardo, tenía clientes en la comarca, a los que visitaba para vender sus artículos.