
«Como sigamos así, esto dejará de ser rentable»
El sector almadrabero emplea a más de 400 personas y advierte de que con la reducción de capturas será difícil su subsistencia
Actualizado: Guardar«Si cada año podemos pescar menos esto dejará de ser rentable, así de sencillo». Esto es lo que piensan los responsables de las cuatro almadrabas que actualmente existen en la provincia de Cádiz. Juan Luis Picazo, administrador de la que lleva por nombre Punta Atalaya, de Conil, confirma que la rentabilidad de la extracción artesanal del atún rojo, que este año 2009 está limitada por los cupos internacionales a 1.088 toneladas (un 16% menos que la temporada anterior), corre peligro, y por lo tanto, «es muy probable que de seguir así tengamos que cerrar el negocio», apunta.
Y es que la situación de este sector pesquero, dentro de la complicada situación del resto de buques dedicados a distintas modalidades, es muy peculiar. Con apenas cuatro meses de faena al año, los almadraberos llevan años soportando la competencia de los cerqueros del Mediterráneo, «que esquilman los atunes y no dejan que éstos sigan su camino natural hasta las aguas de esta zona», comentan.
Acuerdo de Marrakech
Esa situación de desventaja ha empeorado con la decisión adoptada en la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Cicaa), celebrada en Marrakech el pasado mes de noviembre, que otorgó a España un cupo de capturas para 2009 de apenas 4.116 toneladas, una cuarta parte de las cuales serán de Barbate, Tarifa, Conil y Zahara. En los últimos años se ha llegado a plantear en distintos momentos que la rentabilidad del apenas un millar de toneladas asignadas a aguas gaditanas haría que alguna de las cuatro infraestructuras almadraberas tuviera que cerrar. En los últimos años las capturas han fluctuado, aunque se ha optado por mantener esta actividad tradicional, empujados por la fuerte demanda y los precios satisfactorios acordados con los importadores de Japón, el principal mercado del atún rojo de la zona.
El Ayuntamiento de Barbate mantiene su proyecto turístico relacionado con la visita a las almadrabas y la difusión de este arte de pesca, que parece no gustar demasiado a un sector que prefiere de momento «seguir pescando». Prueba de la falta de rentabilidad es que el proyecto para calar una almadraba en Sancti Petri se mantiene en suspenso cuatro años después de ser presentado por sus promotores como un nuevo yacimiento de empleo en la localidad de Chiclana.