El primer ministro británico, Gordon Brown, conversa con el ministro principal de Irlanda del Norte, el unionista Peter Robinson (c) y el "número dos" del Ejecutivo autónomo, Martin McGuinness, del Sinn Fein./ Efe
atentado en belfast

Brown defiende en su visita al Ulster que el proceso de paz es «inquebrantable»

El premier británico viaja a la zona para entrevistarse con los mandos militares y principales líderes políticos, a fin de aunar una respuesta contra el terrorismo

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El primer ministro británico, Gordon Brown, ha insistido en que el proceso de paz en Irlanda del Norte es "inquebrantable", mientras continúa la investigación en la provincia para hallar a los autores del atentado del pasado sábado contra una base militar.

Brown, que ayer ya condenó firmemente el ataque, ha viajado la zona para entrevistarse con los mandos militares y principales líderes políticos, a fin de aunar una respuesta al primer atentado contra uniformados británicos desde 1997. Paralelamente, la Policía ha informado de que se están examinando imágenes captadas por cámaras de seguridad situadas cerca de la base de Massereene, blanco del ataque, mientras se buscan pruebas en un coche abandonado que, según se cree, sería el de los terroristas.

El IRA Auténtico, una escisión del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), se atribuyó este domingo, mediante una llamada telefónica a un diario dublinés, el atentado perpetrado el sábado, en el que murieron dos soldados y fueron heridos otros dos militares y dos repartidores de pizzas.

Tras reunirse con los dirigentes políticos en la asamblea de Stormont, el jefe del Gobierno británico ha asegurado que el mensaje de todos los partidos era de unidad para afrontar las consecuencias de un suceso que ha traído indeseados recuerdos de 30 años de conflicto armado en la región. "Los políticos quieren enviar el mensaje al mundo, como yo también lo hago, de que el proceso político no será, y no puede ser jamás, quebrantado", ha afirmado. "De hecho -ha incidido el premier británico-, el proceso político es ahora inquebrantable".

Continúan las investigaciones

El superintendente del Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI) al frente de las investigaciones, Derek Williamson, ha explicado por su parte que "algunos de los acontecimientos" de la noche del sábado fueron captados por las vídeo-cámaras. Además, se ha localizado en Randalstown, a unos 11 kilómetros de la base militar, el que, se cree, es el coche de los terroristas, un Vauxhall Cavalier verde matrícula TDZ 7309, que habría sido comprado dos semanas antes y presenta signos de que se intentó quemarlo.

Según las fuerzas del orden, el atentado lo perpetró una pareja de pistoleros enmascarados que abrió fuego indiscriminadamente desde un vehículo -con el que se dio a la fuga después- cuando las puertas de la base dejaban entrar a dos repartidores de pizzas.

El ministro británico para Irlanda del Norte, Shaun Woodward, ha precisado en una declaración ante el Parlamento que se dispararon al menos 60 tiros en un ataque que ha calificado de "acto criminal bárbaro", cometido por unos "asesinos brutales y cobardes" que, pese a que son peligrosos, "no tiene el apoyo de la comunidad".

Los muertos, que, como ya han hecho sus colegas del 38 regimiento de Ingenieros, iban a desplazarse a Afganistán, fueron Mark Quinsey, de 23 años y originario de Birmingham (centro inglés), y Cengiz "Patrick" Azimka, de 21, del norte de Londres. Entre los cuatro heridos hay, además de otros dos militares, dos repartidores de pizzas: Anthony Watson, de 19 años, y un ciudadano polaco de 32, que es el que está más grave.

Las dos bajas causadas por el atentado son las primeras que sufren las Fuerzas Armadas británicas en la provincia desde 1997, cuando el soldado Stephen Restorick murió al ser disparado por un francotirador del IRA, todavía activo en aquella época.