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«Mi mujer me diría: sé feliz»
Juanjo mira a Paula y ve a Ana. Así que tiene una respuesta sencilla cuando su hija, de nueve años, le pregunta «cómo era mamá». Alegre, vitalista, inteligente. Era psicóloga clínica y trabajaba en la Asociación de la Prensa. Más allá del intenso cariño que se profesaban, Juanjo tiene una deuda existencial con su esposa. El piso de Santa Eugenia donde vivían quedó cerrado a cal y canto hace cinco años. La pequeña familia rota se reagrupó en la modesta casa de Vicálvaro donde los abuelos paternos «invernaban». «Somos de Baillo, un pueblecito de la comarca de La Cabrera, en el suroeste de León. Después de la muerte de Ana, mis padres vinieron a ayudarme. Y hasta ahora». «Los primeros años fueron difíciles. Estuve muchos meses de baja, yendo al psicólogo cada quince días. Ahora no puedo quejarme. Le he dado un barniz de normalidad a mi vida, algo que considero fundamental para mi hija y para mí. Tengo un empleo de funcionario en Torrejón, leo, escucho música...
Actualizado: GuardarEl futuro está ligado a una petición que siente como si cada día se la susurraran al oído. «Mi mujer me diría: sigue adelante, vive tu vida, sé feliz».