DESESPERADA. Mercedes Fernández, a la salida del SAE. / T.B.
Ciudadanos

«Sólo quieren chicas jóvenes y con buen tipo»

A sus 43 años, Mercedes Fernández, madre de dos niños, se siente «marginada» por su edad

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Mercedes Fernández tiene 43 años, está casada y es madre de dos hijos. Hasta final de verano del 2007 estuvo trabajando, desde hacía ocho años, como camarera de piso en un hotel del Novo Sancti Petri. Desde entonces se encuentra parada.

«Me inscribí en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), pero hasta la fecha no he recibido oferta alguna, estoy muy nerviosa y frustrada por no poder trabajar, y menos mal que mi marido está trabajando porque si no fuera así la cosa sería todavía mucho peor», lamenta Mercedes.

Esta desempleada puertorrealeña considera que el problema más grave que sufre es la situación económica familiar. «La hipoteca de nuestra vivienda que firmamos con la entidad bancaria es muy alta, como casi la de todo el mundo, pero desafortunadamente no tenemos más remedio que abonarla todos los meses y nos cuesta mucho salir adelante con un solo sueldo», señala Fernández.

Esta mujer ha buscado desesperadamente cualquier trabajo, no solo en el ramo de la hostelería, sino en otros muchos de diversos sectores, sin conseguirlo hasta el momento. «He intentado realizar diversos cursos con el objetivo de estar mejor preparada para encontrar un puesto de trabajo. Para ello he entregado la solicitud en distintas administraciones tanto municipales como autonómicas, pero al parecer no tengo los requisitos requeridos porque no he estado seis meses trabajando durante el año 2008, y lo único que me dicen los funcionarios es que busque a través de internet», denuncia Mercedes.

Otro de los inconvenientes que esta parada está encontrando en su largo peregrinar por buscar trabajo, es que en muchas de las empresas privadas relacionadas con el ramo de la hostelería le dicen que es mayor para contratarla.

«No comprendo que ahora que tanto se habla de la igualdad, se nos ponga a las que hemos sobrepasado los cuarenta años, ese tipo de trabas que nos margina a la hora de encontrar un empleo», lamenta.

Mirando la mayoría de ofertas, Mercedes denuncia también las pocas oportunidades que se ofrecen a la mujer casada. «En muchos sitios solo quieren chicas jóvenes, guapas y con buen tipo, algo que es una discriminación intolerable», comenta con tristeza esta puertorrealeña.