Los asesinos de Tamara Leyton también están implicados en el crimen de Arcos
La Guardia Civil vincula a los cuatro hermanos Flores que cayeron en el tiroteo del verano pasado con la agresión al matrimonio que acabó en un homicidio
Actualizado: GuardarLa investigación en torno al clan de los Flores está deparando sorpresas amargas, ya que este violento grupo de delincuentes, cuyos miembros están relacionados por vínculos de familia, es responsable supuestamente de dos delitos de sangre, además de una ristra de hechos delictivos como robos y lesiones. Sus antecedentes delictivos en la provincia son ya conocidos a raíz de la muerte de la joven puertorrealeña, Tamara Leyton; sin embargo, sus fechorías podrían haber arrancado hace más de dos años, al menos eso apuntan las pesquisas que lleva a cabo la Policía Judicial de la Guardia Civil, que vincula también a los hermanos Flores detenidos el verano pasado con la muerte de Catalina Ruiz Pato, en la barriada rural arcense de Junta de los Ríos.
Hace tres días, la Guardia Civil realizaba dos registros domiciliarios en Jerez, que culminaron con la detención de seis personas del citado clan. Desde el primer momento se supo que estas detenciones estaban relacionadas con el crimen sin resolver ocurrido en noviembre de 2007, en Arcos. Sin embargo, este periódico pudo saber ayer que a estos seis arrestados, se sumarían a la misma investigación los otros tres practicados en agosto del año pasado tras un peligroso tiroteo donde cayó muerto uno de los delincuentes.
Esa madrugada del día 24 de agosto, Fernando y Francisco Flores Nieto, Manuel Flores Valverde y Cristóbal Flores Arenas regresaban de haber asaltado cuatro viviendas en San Roque, cuando fueron abordados por la Guardia Civil en un dispositivo preparado en la A-381, en el término de Jerez. Los hermanos antes de rendirse, descargaron sus escopetas contra los agentes; Cristóbal, el mayor, murió en el cruce de disparos, y sus otros dos hermanos, Fernando y Francisco, resultaron heridos leves. Un agente de la Guardia Civil tampoco salió indemne al ser arrollado por el coche de los delincuentes, quienes ya habían dejado herido a otro miembro de la Benemérita semanas antes, en Setenil, donde lograron escapar de un control similar.
Esas detenciones ponían fin a una oleada de robos violentos perpetrados en la provincia y en la vecina Málaga -medio centenar le imputa la Guardia Civil- sólo en tres meses; el más grave de todos fue la muerte de Tamara Leyton, quien fue asesinada para que no pudiera identificarlos, según las pesquisas de la Policía Nacional. Esta vecina de El Marquesado salió a la puerta de su casa de madrugada, al escuchar ruido en el exterior de la finca, y recibió varios impactos de postas. Los hermanos Flores venían de un chalé cercano donde no pudieron robar porque el propietario se pudo encerrar en su vivienda y avisar a la Policía. Los delincuentes trataban de esconderse en las inmediaciones de la casa de Tamara, pero sus perros ladraron y alertaron a la joven.
Los tres hermanos que salieron vivos del tiroteo fueron enviados a prisión y aquí parecía concluir la segunda parte de la historia delictiva de un clan que fue apodado en los años 80 como la banda de la carretera. Sin embargo, el pasado jueves se supo que los investigadores habían vuelto a vincular a este clan familiar con un crimen que estaba sin resolver desde el año 2007. Cuatro hermanos de los antes citados, el marido de una de las mujeres y una hermana de éste último fueron apresados y ayer declaraban en los juzgados de Arcos. Unos interrogatorios que se prolongarán hasta hoy.
Además del homicio de esta mujer de 65 años, los nueve integrantes del clan tendrán que responder de otro delito de robo violento con intimidación sufrido por el marido de la fallecida, Antonio Estrada Iriarte, quien también estaba en su casa el día del asalto. Según explicó a los agentes, salió de su vivienda cuando escuchó que alguien le alertaba que se había escapado su ganado de una finca colindante. En ese momento, fue atacado por un grupo de desconocidos, que le provocaron diversos traumatismos y heridas abiertas. La Guardia Civil sólo pudo recabar muestras de ADN que quedaron en el escenario del crimen y este hilo podría haber sido el que ha permitido conectar a los Flores con este crimen.
Como desveló en su día LA VOZ, los hermanos Flores se hicieron un hueco en la crónica negra de este país a partir de 1989. Entre ese año y 1991, Cristóbal y Manuel protagonizaron una escalada violenta de robos. Se les llamó la banda de la carretera porque robaban a camioneros en la zona norte del país. Ambos fueron condenados a más de 100 años de prisión. Antes de caer abatido, Cristóbal cumplía el tercer grado en la prisión de Huelva y salía los fines de semana, tiempo que aprovechaba para delinquir. Por su parte, Fernando y Francisco también eran internos pero del Centro de Inserción Social de Jerez (CIS) cuando fueron arrestados en verano.
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