CRÍTICA DE TV

Borderline

A Charlize Theron se la había promocionado en el Saturday Night Live con imágenes de cuando fue anfitriona del programa americano. Nada que ver con la realidad. La anfitriona única fue Belén Rueda (menuda forma de desaprovecharla; ¿a qué vino endosarle el Supercalifragilístico de Anne Hathaway?). Charlize Theron pasó por Madrid para hablar de su libro (de su película) y la única manera de tenerla era con entrevista de promoción, aunque fuera parodiándola. Con Secun de la Rosa de estulto entrevistador y con desastrosos resultados. Al menos a la vista de los comentarios de muchos espectadores en la web del programa, ya que la audiencia mejoró con la actriz sudafricana. El sketch (porque no dejaba de ser un sketch) estaría más o menos conseguido (quizá, menos), pero debe de desalentar mucho a sus responsables que tanta gente piense que fue una chapuza no buscada a propósito. No se trata sólo de que algo no haga gracia (cosa natural), sino de ese autismo tan generalizado que no capta la mínima ironía. ¿Se podía pensar que hubiera algo de seriedad con Secun de la Rosa de esa guisa?

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Si en SNL ha sido el público el que no ha entendido el asunto, en El intermedio fue la propia Charlize Theron la que no comprendía nada en la entrevista que le estaba haciendo Usun Yu. La china de Utrera se ponía y quitaba las gafas para parecer intelectual, ante la cara de pasmo de la actriz. Hasta que se cayó del guindo y cazó la broma, aunque la otra siguiera manteniendo que iba muy en serio. A partir de ese momento, las respuestas tuvieron más enjundia: «Cuando te miras al espejo, ¿qué ves?». «Arcoiris, unicornios y dinero», soltó la rubia, ya metida en faena chistosa. O cuando dijo que hay gente en Los Ángeles a quien pagas para que te haga interesante. Me chirría la expresión humor inteligente. Me parece una falta de respeto hacia los que no se ríen de no sé qué canon occidental de la risa. Hay a quien no le hace gracia Muchachada Nui (qué grande ese Indurain haciendo del agente Cooper de Twin Peaks). Hay a quien no le hace gracia que Paco (de Los hombres de ídem) defeque en los jardines de La Zarzuela. Lo peor es que hay quien ni siquiera entiende que algo es una pieza de humor. Para ellos, humor borderline.