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«Compro coche en buen estado»

Contar con la opinión de un mecánico que revise el vehículo y formalizar la operación en un contrato escrito son claves para acertar en la adquisición de un turismo de segunda mano

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El mercado en general está casi parado; el de vehículos, en retroceso. Los más pesimistas pronósticos que manejaban fabricantes y concesionarios de turismos para el comienzo del año se han visto empeorados durante los dos primeros meses del ejercicio. La venta de coches en febrero se ha desplomado hasta lo nunca visto: las matriculaciones de automóviles nuevos cayeron en España casi el 50% respecto del mismo mes del año pasado, el peor dato de que se tiene constancia documentada en un mes de febrero. El número de matriculaciones nos lleva a las cifras de 1993: sí, el mercado ha retrocedido 15 años. La frenética renovación de la flota de estos últimos años ha echado el freno.

Con la crisis económica y la incertidumbre que genera incluso en quienes apenas la están notando, vuelve la costumbre de apurar hasta el final el ciclo de vida de los vehículos, tanto porque alargamos la vida útil de los que poseemos como porque, cuando se decide comprar, se mira más hacia el mercado de coches de ocasión.

Los coches usados siempre han sido una alternativa a considerar. De hecho, es un mercado que crece ajeno a la crisis. El gran atractivo de los vehículos de segunda mano es su precio. El hándicap, el miedo a ser engañado. No parece aventurado pronosticar que en los próximos meses serán muchos los que opten por el mercado de ocasión porque el banco les niega el crédito que necesitan para adquirir un auto nuevo. Por eso, conviene más que nunca conocer los aspectos en los que fijarse, los pasos a seguir y los derechos que protegen a comprador y vendedor antes de formalizar la operación.

CLASIFICAR LA OFERTA

Son muchos los anuncios de coches de segunda mano que pueblan las páginas de motor de la prensa, de las revistas especializadas y de un gran número de sitios web en Internet dedicados a la venta de vehículos usados. Además, hay establecimientos específicos de compraventa, concesionarios y carteles que los particulares cuelgan en el coche que desean vender. La oferta y los canales por los que llega a los posibles clientes son abundantes. Lo más recomendable cuando se comienza la búsqueda es acotarla teniendo en cuenta únicamente los aspectos que se desea reúna el vehículo.

Las preferencias por determinada marca y modelo, unas ciertas prestaciones y características (tamaño, número de plazas, espacio hábil...), un precio ajustado a nuestras posibilidades, un cierto límite en los kilómetros que lleva recorridos, el tipo de vida que ha tenido el coche, que el vendedor viva en la misma comunidad autónoma que el comprador... son elementos que ayudarán a que el comprador pueda cribar la amplia oferta de coches usados que tiene ante sus ojos.

Este es el momento de hacer una selección de los vehículos que hayan superado la primera criba, los que mejor se han adaptado a las expectativas, necesidades y posibilidades del comprador. Si se puede, conviene comprobar en persona que la descripción del vehículo en el anuncio se corresponde con la realidad.

CÓMO CALCULAR EL PRECIO

Todos sabemos que un coche recién salido de fábrica comienza a perder valor en el mismo instante en que pisa la calle. Según los cálculos de los especialistas en motor de Consumer Eroski, la devaluación que sufre un automóvil en sus primeras 24 horas de vida en manos del usuario ronda el 15%. Y, en una espiral de pérdida de valor, a partir de los cinco años de antigüedad, se devaluará un 10% cada año. Así, sacamos dos conclusiones: un coche de más de 10 años de vida apenas vale nada; y calcular el valor aproximado de un vehículo es una tarea muy compleja.

Las revistas especializadas en motor publican tablas de precios de vehículos de hasta cinco años. No obstante, no dejan de ser importes aproximados, ya que hay otros factores determinantes para saber cuánto se puede pagar -si se es el comprador- y cuánto se debe pedir -si se trata del vendedor- por un coche de segunda mano. El precio del vehículo puede verse incrementado si posee mejoras o accesorios extras no incluidos de serie: GPS, equipo de música, neumáticos y llantas nuevos, mejora de las pastillas de freno... Un buen historial en tráfico, sin golpes ni accidentes, haber superado con éxito todas las revisiones de la ITV y contar con un libro de mantenimiento en el que se pueda comprobar que se han hecho las revisiones estipuladas aporta más valor al vehículo. En el otro extremo, la edad del turismo, el número de kilómetros recorridos y el consumo de carburante y aceite son los indicadores que, de ser elevados, más influyen en el descenso del precio. Pero no siempre se cumple la regla de 'cuantos más años, más distancia recorrida y, por tanto, menor precio del coche de segunda mano'.

El mejor momento para comprar o poner a la venta un vehículo es cuando han transcurrido entre dos y cinco años desde la primera fecha de matriculación: se considera que el coche aún mantiene óptimas sus prestaciones mecánicas y que el kilometraje no influye de forma excesiva. En cambio, una vez superados los cinco años, deviene esencial tener más en cuenta los kilómetros recorridos. Un coche de tres años con muchos kilómetros no sufre una depreciación excesiva, mientras que el valor de uno de ocho años, aunque de que no se haya utilizado mucho, se ve muy reducido.

QUE LO REVISE UN PROFESIONAL

Una vez seleccionado el coche que más interesa, lo mejor es que en el momento de la compra se cuente con la ayuda de un profesional, lo mismo da que se efectúe a un particular como a un establecimiento de compraventa. Además, hay que acudir a Jefatura de Tráfico para comprobar el estado administrativo del coche y que no pesen sobre él embargos ni multas impagadas, deudas o procesos judiciales, fecha de la primera matriculación, etc.

Merece la pena gastarse unos euros en contratar a un mecánico que revise al detalle el vehículo para conocer su estado real. Comprobará que el cuentakilómetros no ha sido manipulado y que el kilometraje que marca es el real, verificará que el número de bastidor (el DNI del automóvil: gracias a él se puede saber su número de matrícula, marca, modelo y características técnicas) coincide con el de la documentación del coche. Además, analizará la carrocería, el motor y los sistemas de transmisión, en busca de posibles reparaciones en chapa, y se fijará en las gomas de las ventanillas, las 'aguas' en la pintura y las diferencias de tono que puede haber en la pintura de la carrocería. Todo para comprobar si sufrió un mal arreglo o un accidente grave del que no se ha informado. Revisará asimismo el estado de los líquidos del motor, de la transmisión y del circuito de refrigeración, cara a descartar posibles fugas.

El interior del coche también puede dar una idea aproximada del trato que ha recibido. Aparte del estado general de tapicería y asientos, hay síntomas que evidencian la edad y el uso recibido: el desgaste en moquetas y pedales, el estado del volante (uno suave y brillante en su parte superior indica que ha superado los 100.000 kilómetros). Llegados a este punto, conviene solicitar al propietario dar una vuelta en el coche, conduciéndolo su dueño.

Es el momento de fijarse en su forma de conducir: si exige mucho al motor, si efectúa los cambios con rapidez y si, con su manera de llevarlo, intenta disimular problemas del vehículo. Por ejemplo, con el manejo del volante puede ocultar que la dirección tira hacia algún lado; si tarda mucho en cambiar de marcha puede significar que rasca; si frena con demasiada antelación puede que los frenos no estén bien.

IMPRESCINDIBLE: CONTRATO

Conviene que ambas partes formalicen el trato por escrito en un contrato de compraventa. Lo mismo da que el vendedor sea un conocido o un familiar, es un trámite que no se debe omitir ya que -en caso de conflicto- beneficia a las dos partes. En este documento constará la identificación completa de comprador y vendedor: nombre y apellidos, DNI, y domicilio. El vehículo objeto de la transacción también ha de ser descrito, especificando marca, modelo, matrícula y número de bastidor, así como el kilometraje y una reseña del estado general y de la situación administrativa del coche: si pesa sobre él algún proceso judicial de embargo, o multas impagadas. Además, el contrato incluirá información relativa al pago del coche: el precio final de la venta y la forma de pago -si el comprador ha abonado una cantidad como señal, debe figurar también-. Respecto al abono de la cantidad, y si las partes no indican lo contrario, se realizará en el momento de la entrega del coche y después de la firma del contrato. Hay modelos de contrato de compraventa en Internet, pero conviene ser prudente, ya que el documento puede incluir cláusulas para defender los intereses de una de las partes.

¿HAY GARANTÍAS?

El tipo de garantía que protege al vehículo varía en función del lugar en el que se tramita la compra. Si la operación se realiza a través de un concesionario o de un establecimiento de compraventa, regula el trato la Ley General de Defensa de Consumidores y Usuarios. Establece que el vendedor reparará los vicios o defectos del coche antes de venderlo y que está obligado a responder ante cualquier problema durante un plazo mínimo de seis meses a partir de la fecha de entrega. En cambio, si la compra se realiza entre particulares, el Código Civil arbitra la relación: el vendedor debe reparar los vicios ocultos del coche y las averías que ya tenía antes de la compra, pero no está obligado a responder ante las nuevas. Curiosamente, determina que el vendedor queda exento de responsabilidad sobre los vicios ocultos del coche si el comprador es perito o profesional del sector porque podía haberlos reconocido fácilmente. Según el Código Civil, la garantía sobre las averías ocultas de los vehículos transferidos entre particulares se extingue en los seis meses siguientes, y durante este periodo de vigencia el comprador tiene derecho a la reparación gratuita. Además, si el arreglo no fuera satisfactorio, puede exigir la devolución de lo pagado.