«Tengo miedo; quien me apuñaló está en la calle»
Dolores fue agredida presuntamente por una joven que a los pocos días de prisión tras pagar la fianza
Actualizado:Dolores Pizarro está sufriendo un verdadero infierno desde que el pasado 11 de febrero fuera apuñalada presuntamente por una joven en la barriada de San Telmo. La víctima, de 40 años, reconoce que fue a adquirir droga al punto de venta de estupefacientes de su agresora, y tras una disputa por motivos económicos aquélla le asestó una puñalada en el costado que le produjo heridas de importante consideración y que le han dejado secuelas.
Recuerda con amargura el día de los hechos, cuando acudió sangrando hasta la Comisaría y fue allí donde llamaron a la UVI móvil que la trasladó hasta el Hospital del SAS de Jerez. La mujer fue intervenida y tuvieron que extirparle el bazo, además de las graves secuelas en el pulmón y en un riñón a las que tiene que hacer frente desde entonces. Después de un calvario hospitalario que atravesó prácticamente sola, ya que su marido permanece ingresado en prisión, la paciente fue dada de alta al cabo de diez días para encontrarse con la sorpresa de que su presunta agresora estaba en la calle.
«Me he enterado de que estuvo seis o siete días en prisión, pero luego pagó la fianza y está fuera, a pesar de que le acusaron de tentativa de homicidio. A mí me operaron a vida o muerte, y resulta que ella está en su casa a la espera de que se celebre el juicio». La víctima acudió a los juzgados a pedir explicaciones y allí le informaron de que efectivamente esta persona había quedado libre bajo fianza, algo que la afectada considera «inadmisible».
«Yo me pregunto qué clase de jueces hay aquí; ¿por qué alguien que tiene dinero tiene también derecho a quitar una vida? Yo estuve en prisión ocho años porque me cogieron con hachís y no tenía antecedentes. Esta persona, sin embargo, tiene un montón». El problema añadido de Dolores es que en la actualidad vive atemorizada y tiene verdadero terror a encontrarse con su presunta agresora o con algún familiar de ésta.
La madre de la acusada, de hecho, vive en frente de los juzgados de la avenida Tomás García Figueras, y la víctima reconoce que le da pavor acudir a los mismos ante la posibilidad de toparse con ella. «Tengo mucho miedo; esta persona y su familia están en la calle, y yo lo único que quiero es que se haga justicia. Hay gente en la cárcel por el tema de los puntos del carné de conducir y los que juegan con la vida de los demás no lo están. Me siento totalmente indefensa».
La vida de la agredida no ha sido precisamente un camino de rosas. Ella compartía hasta hace poco una casa en el centro histórico de Jerez con su marido en calidad de okupas, pero confiesa que a raíz de la entrada de éste en prisión «me vine abajo», y por eso recayó en la droga. Sin embargo, asegura que nunca había sufrido un episodio parecido y que no sabe a quién acudir para que le ofrezca el asesoramiento y la protección necesarias. De momento, pasa sus noches en el albergue juvenil y acude a comer a casa de una cuñada, a la espera de que desde el juzgado le asignen un abogado de oficio que luche para que se celebre un juicio rápido del caso, que es lo que ella persigue.
No obstante, nunca es tarde para empezar una nueva vida y Dolores asegura que el destino le ha dado una segunda oportunidad. «Desde que me operaron llevo sin consumir y lo tengo que dejar porque me va a traer la muerte. Si Dios me ha dejado viva, es para que tenga una vida en condiciones». Desde estas páginas solicita toda la ayuda de los organismos que se ofrezcan a dársela, sin olvidar su deseo fundamental de que «se haga justicia», y la persona que la apuñaló no pase ni un día más en la calle.