El equipo español tropieza en las vallas el primer día

Las previsiones para España en la primera jornada del Europeo de atletismo en sala apuntaban a una medalla segura (Onyia) y otra probable (Quiñónez) en los 60 metros vallas femenino y masculino. La primera opción se hizo añicos en la víspera del comienzo de la competición en forma de molestias estomacales que dejaron a Onyia -tenía la mejor marca del año- en cama.

La alternativa de Glory Alozie hace mucho tiempo ya que está caduca y su paso por este Europeo no hizo sino confirmarlo: cuarta en su serie (8.20) y repescada para semifinales donde fue octava y última (8.21) después de tardar 249 milésimas en salir.

A Quiñónez le avala su espíritu competitivo, que le llevó al bronce en el pasado Europeo. Pero este viernes no pasó de las semifinales tras dos malas carreras. El exceso de precaución en la primera le hizo ser cuarto (7.76) y tener que esperar a la repesca para pasar a semifinales. En éstas -su mala marca anterior le colocó en la calle dos- salió muy lento (200 milésimas) y con sólo 60 metros por delante no tuvo espacio para la remontada, siendo sexto (7.71). Otra opción al limbo.

Esperanzas futuras

Dilapidadas las opciones directas, por lo menos los atletas españoles sembraron bien para la cosecha que se presume para este sábado y el domingo. A la espera del debut este sábado de los 1.500 metros masculinos y de la final directa del domingo de Natalia Rodríguez (3.000), los hermanos España (Jesús y Francisco) y Sergio Sánchez pasaron a la final de los 3.000 metros, y Natalia Rodríguez estará en la de los 1.500 femeninos.

No hubo sorpresa en la final masculina de vallas (ganó el francés Doucouré, en 7.55) y sí en la femenina, con el triunfo de la belga Bernings (7.92).