
La instrucción del caso Pepita Aurora recoge varias irregularidades del barco como causa del naufragio
Los supervivientes coinciden ante el juez en el sobrepeso y la falta de achique del pesquero Las familias insisten en exigir que se reflote la nave, algo que no ha autorizado el juzgado
Actualizado: GuardarLa instrucción del sumario del caso Nueva Pepita Aurora está a punto de concluir, y según Ramón Dávila, abogado de cuatro de las viudas que perdieron a sus maridos en el hundimiento se esta embarcación pesquera de Barbate el pasado 5 de septiembre de 2005, «ya existe documentación y pruebas suficientes como para que pueda iniciarse el juicio».
En el día de ayer, la abogada de uno de los supervivientes, Gema Martín, ratificaba además en declaraciones a la Cadena Ser que la intervención ante el juez por segunda vez de uno de los marineros que sobrevivieron a la tragedia, así como de otro que estaba de baja el día de la tragedia, ha sido fundamental para conocer las posibles causas del naufragio.
Así, los testimonios de Tomás Pacheco, marinero que el día del suceso estaba enfermo, y de Fernando Romera, uno de los tripulantes rescatados con vida por los servicios de salvamento, han arrojado luz a lo sucedido, avalando la teoría inicial del informe de la Comisión Permanente de Investigación de Siniestros Marítimos, que reflejaba como causas técnicas del accidente el hecho de que el barco llevase más peso del permitido y que los salientes de agua de la cubierta estuviesen cerrados o taponados.
A estas explicaciones se suman algunas conclusiones novedosas apuntadas ayer por Martín, como el hecho de que el Nuevo Pepita Aurora no tuviera integridad suficiente en su casco y además, padeciera una falta importante de espacio en su interior.
Esta circunstancia habría hecho que alguno de los lugares destinados a almacenar los aparejos y redes de pesca se utilizasen habitualmente como camarotes para que los marineros durmieran. Esta circunstancia ha quedado atestigüada por los testimonios de éstos ante el juez y, de hecho, la defensa ha aportado incluso fotografías de ese habitáculo en la popa del barco.
Otra de las cuestiones que se apuntan como posible motivo del naufragio es el hecho de que las falucheras, los desagües del barco, estaban obstruidos por la pintura aplicada en dichas zonas.
Las declaraciones de los marineros coinciden también en el hecho de que el pesquero barbateño solía navegar escorado, ya que las redes superaban con creces las dimensiones y la cantidad permitida según la licencia pesquera de Pepita Aurora. Además, el timonel de la embarcación era un marinero ya jubilado que no estaba adscrito a la tripulación oficial, segun el testimonio de algunos supervivientes.
Reflotamiento
Cabe recordar que por todos estos indicios en julio de 2008 la Fiscalía imputó al patrón del Nuevo Pepita Aurora, José Vega, por el hundimiento del pesquero.
De momento no se conoce la fecha en que podría iniciarse el juicio, pero todo apunta a que la instrucción del sumario de este caso finalizará en breve.
Entretanto, las familias de los ocho marineros fallecidos continúan exigiendo que se reflote el barco. El abogado que los representa insiste en que «sería fundamental para la investigación». Sin embargo, a día de hoy el juez no ha autorizado todavía esta operación, muy costosa y compleja dada la localización actual de la traíña, que reposa a 136 metros de profundidad en Punta Camarinal, a tan sólo unas cuantas millas del que era su destino el día del naufragio, el puerto de Barbate.
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