Eduardo Rebollar mezcla enseñanza y humor
El Villavicencio se divirtió aprendiendo a tocar las palmas y a reconocer los palos flamencos
Actualizado: GuardarJornada atípica la de este jueves en el palacio de Villavicencio. Tras varios días de espectáculo de guitarra y cante, el Festival de Jerez nos ofrecía la posibilidad de asistir a una clase interactiva de flamenco de la mano del maestro Eduardo Rebollar.
Los orígenes de la labor pedagógica de Rebollar se remontan a 1992. Año en el cual la Diputación de Huelva lo reclama para ejercer de profesor de guitarra flamenca en distintos pueblos de la provincia. Mucho ha llovido desde entonces y Eduardo ha compaginado la enseñanza del toque de acompañamiento al cante, en la Fundación Cristina Heeren o en su propio estudio del sevillano barrio del Cerro del Águila. Con su presencia en los escenarios de medio mundo ha acompañado a grandes figuras como son José Menese, José de la Tomasa, Chocolate, Calixto Sánchez o Carmen Ledesma. Es en el año 2004 cuando la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía le encarga al sevillano este taller-espectáculo que nos ocupa. Rebollar ejerce de conferenciante, profesor y guitarrista y se acompaña del cantaor Emilio Cabello y la bailaora Yolanda Lorenzo.
El guitarrista toma la literatura flamenca como punto de partida para explicar los distintos palos flamencos. Engarzando las coplas de cinco versos con el compás de tres por cuatro introduce al auditorio en el Fandango, primero explicando las palmas y a continuación interpretando unos fandangos de Huelva mientras el público marca el ritmo anteriormente presentado. La misma dinámica pedagógica se utiliza para mostrar el compás de soleá y sus variantes rítmicas, bulerías, cantiñas y caña. Como demostración el grupo ejecutar una soleá de Alcalá en la que Yolanda Lorenzo exhibe un baile de claros tintes clásicos.
Después tango y seguiriya seguirían el mismo proceso.
Con multitud de anécdotas y guiños cómicos Rebollar consigue, en poco más de una hora, enganchar a un público no tan profano como podríamos esperar en principio, que disfrutó de la experiencia. Una clase amena que tendrá su continuación el próximo jueves.