Invertir en confianza
Actualizado:l Banco Central Europeo rebajó ayer los tipos de interés hasta el 1,5%, situándolos en su menor cota desde la introducción del euro. La decisión tiene que ver con la otra noticia de la que el BCE fue protagonista ayer: la revisión de sus anteriores pronósticos respecto a la gravedad de la crisis, que le ha llevado a prever un crecimiento entre los 2,2 y los 3,2 puntos negativos para la zona euro. La rebaja de tipos era un paso ineludible que ayer se vio acompañado por el Banco de Inglaterra que rebajó los tipos al 0,5%. Ahora sólo hace falta que la medida llegue a través de las entidades financieras a familias y empresas para que puedan acceder al crédito en condiciones más ventajosas que hasta la fecha. El inquietante desplome del índice de producción industrial, que en enero cayó un 20,2% respecto al mismo mes del año anterior, cuando ya en diciembre de 2008 había experimentado un retroceso semejante, refleja las graves dificultades por las que atraviesa el tejido productivo de un país que, tras padecer los efectos de la crisis inmobiliaria y ver cómo se retrae el turismo, asiste a los apuros de muchas empresas con la consiguiente pérdida de empleos. Es más que probable que los próximos meses se vuelvan especialmente duros. La opinión de los españoles, que hasta hace poco parecían resistirse a considerar que la crisis les iba a afectar personalmente, se ha vuelto más pesimista en relación al futuro inmediato. El 74,6% de los encuestados para el barómetro de febrero del CIS reconoce que la situación económica es mala o muy mala. Además, un 39,3% cree que dentro de un año será peor y un 32,6% que se mantendrá igual. A medida que pasa el tiempo y a la ciudadanía se le hace imposible percibir los efectos positivos de la intervención institucional, la sensación de impotencia que tan a menudo proyectan los responsables públicos se traslada a la sociedad, generando una creciente desconfianza tanto respecto a las posibilidades de la economía como respecto a la capacidad de las administraciones para atajar la crisis. Un problema que sólo puede resolverse mediante una exposición más diáfana de lo que el Gobierno y las demás instituciones pretenden hacer y, sobre todo, dando muestras fehacientes de que están obteniendo resultados.