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Opinion

Crisis

Desde el inicio de la recesión económica, el pueblo soberano comenzó a interesarse por sueldos y emolumentos de políticos y mandatarios olvidándose de la filosofía y consejo del poeta: 'Cuentan de un sabio que un día / tan pobre y mísero estaba / que sólo se sustentaba / de unas hierbas que cogía. / ¿Habrá otro -entre sí decía- / tan pobre y triste que yo? / Y cuando el rostro volvió / halló la respuesta viendo / que otro sabio iba cogiendo / las hierbas que él arrojó'. Visto está que es más gratificante aplicarnos a la virtud del consuelo que soportar el malestar degradante de la envidia.

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Alejandro Zobaran. Madrid.