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ESPAÑA

Chacón facilita el acceso de los transexuales sin pene al Ejército

La larga lucha de Aitor, un jienense de 28 años que nació mujer, halla recompensa tras ser rechazado dos veces

MATEO BALÍN
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Los hombres con pérdida, ausencia o atrofia de ambos testículos y los transexuales que carezcan de pene ya no tendrán obstáculos para ser militares o guardias civiles. El Gobierno, a propuesta de los Ministerios de Defensa e Interior, modificó ayer el cuadro médico de exclusiones para el ingreso en los centros militares de formación.

Una reforma capitaneada por la ministra Carme Chacón después de que se destapara el caso de Aitor, un jienense de 28 años que nació mujer y al que el Ejército le denegó en dos ocasiones la admisión por no tener órganos genitales masculinos.

La última vez que Aitor G. R. fue rechazado por mandos militares fue hace un mes en un reconocimiento médico. «Sentí una vergüenza muy grande, un trato vejatorio», denunció entonces. Para no tener problemas, cambió su nombre en el DNI y en los documentos oficiales. Incluso reveló que en un test realizado en un centro de reclutamiento dijo que se había hecho una vasectomía para una reasignación de sexo, pero que aún le restaba la operación definitiva.

Pero no le valió. Le declararon no apto por falta total de pene y ausencia de testículos. Igual que dos años antes, cuando inició su larga travesía después de solicitar una de las plazas convocadas en la Academia de Caballería de Valladolid. Entonces recurrió a un tribunal médico en San Fernando, donde un coronel, según aseguró, le llamó a su despacho y le soltó: «Bájate los pantalones y dime por dónde meas».

La última esperanza

Aitor decidió presentar un último recurso ante la Subsecretaría de Defensa y, de paso, dar a conocer su discriminación. Apoyado por las asociaciones de gays, lesbianas y transexuales, que incluso convocaron movilizaciones en varias ciudades, su caso llegó hasta la ministra Chacón, que se puso manos a la obra y confirmó que cambiaría la norma. La ministra Bibiana Aído y el secretario socialista Pedro Zerolo le alentaron.

Según el ministerio de Defensa, se trataba de una exclusión que se había mantenido secularmente por lo «excepcional» de su aplicación. Una 'temporalidad' que había durado dos largas décadas, pese a que el Ejército ya cuenta con una transexual mujer.

El Gobierno aprovechó el caso de Aitor para endurecer las condiciones psicofísicas de aquellos militares con responsabilidades en vuelo, a los hipertensos o la incorporación de los trastornos funcionales digestivos en el cuadro médico de exclusión al Ejército Español.