NUEVAS MEDIDAS. El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, señala a un periodista durante la rueda de prensa de ayer en Frankfurt. / AFP
Economia

El BCE estudia fabricar más dinero

La institución financiera europea se plantea «imprimir billetes» para incentivar la economía al tiempo que rebaja los tipos de interés al 1,5%

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El Banco Central Europeo (BCE), decidido a combatir la crisis financiera y económica mundial con todo el arsenal disponible, aprobó por consenso y no por unanimidad bajar el principal tipo de interés al 1,5%, el nivel más bajo en la historia de la institución, y tampoco descartó adoptar las llamadas «medidas de flexibilización cuantitativa», una expresión sajona que, traducida al lenguaje común, equivale a poner en marcha la máquina de imprimir billetes. Una solución de último recurso, agotadas las actuaciones convencionales, como la rebaja de tipos o las inyecciones de liquidez en los mercados.

La excepcional medida va a ser aplicada por el Banco de Inglaterra, que ayer bajó el tipo de interés de referencia al 0,5% y, tras reconocer que no piensa recortarlo más, anunció que emitirá 75.000 millones de libras para financiar con ellas un nuevo programa de estímulo económico. En realidad, esa creación masiva de dinero no se realiza en forma de monedas o billetes, y sólo circula en forma electrónica. En una segunda fase se utiliza para comprar activos financieros a la banca comercial, que a su vez lo emplea para conceder préstamos.

La decisión de bajar medio punto los tipos de interés en la zona euro ya había sido anticipada por analistas y mercados.

Tampoco sorprendió que el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, reconociera que la economía mundial se ha debilitado aún más en los últimos meses. «En un clima de alta incertidumbre, una fuerte caída en el volumen del comercio mundial ha ido acompañada de un declive pronunciado de la demanda interior en la euro zona», dijo.

Los pronósticos de la autoridad monetaria europea se acompasaron a este diagnóstico. La economía de la zona euro sufrirá este año una caída del PIB que se situará entre el 2,2% y el 3,2%, frente a las estimaciones del pasado diciembre, que situaban el deterioro en una horquilla entre el 0% y un retroceso del 1%. En 2010, la variación podría oscilar entre una caída o un crecimiento, ambos del 0,7%, cuando la previsión anterior daba por segura una recuperación, con un avance entre el 0,5% y el 1,5%.

Pero la sorpresa de la jornada llegó cuando Trichet admitió que el banco no descartaba la posibilidad de actuaciones de «alivio cuantitativo», expresión relacionada con la impresión de billetes. «Debatimos nuevas posibles medidas no convencionales y estamos estudiando ese método y su posible aplicación, pero no quiero decir nada más», aseveró Trichet, quien aseguró a los periodistas que el banco no tiene «las manos atadas» y puso como ejemplo la decisión de aportar a los bancos liquidez ilimitada.

Nuevos recortes

El presidente del Banco Central Europeo añadió que el BCE no descarta nuevos recortes en el precio oficial del dinero, aunque precisó que un tipo de interés nulo sólo acarrea problemas. «No hemos decidido cuál será el tipo más bajo. Si se justifica y si los riesgos que acechan la economía se materializa, no se puede excluir que podamos proceder a nuevos recortes», observó.

A pesar de los estragos que está causando la crisis financiera y económica en la zona euro, Trichet pudo lucir un balance positivo respecto a la inflación, el peor enemigo que tiene el banco central para conducir con éxito sus metas de política monetaria. Las previsiones de sus expertos establecen una horquilla entre el 0,1% y el 0,7% para este año y de entre el 0,6% el 1,4 % para 2010.

Las expectativas de inflación se mantendrían «muy por debajo» del objetivo de estabilidad de precios y hay que descartar, al mismo tiempo, la posibilidad de deflación, concluyó el máximo responsable del BCE.