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Viaje al Universo Gran
Cádiz acoge una exposición con un centenar de obras del pintor cántabro Enrique Gran que abren la conmemoración de los 10 años de su muerte
Actualizado: GuardarUna masa animal de alguna especie no definida reposa tumbada sobre su maltrecho costado, varada en la última lámina de agua de una playa. No es un animal ni una costa en concreto. Ni la arena es arena, ni el agua, agua, pero el conjunto mantiene la lógica serena y aplastante de haber existido con normalidad cotidiana dentro del cerebro abstracto y sin complejos de Enrique Gran. El cuerpo que lo contenía dejó de existir cuando la brutal realidad de un incendio en su casa se lo llevó de este mundo. La tragedia sucedió hace diez años y desde entonces, el creador convive en sus extraños con humanoides de curiosos movimientos. Allí está, en el Universo Gran que se ha presentado en toda su amplitud dentro del recinto del Castillo de Santa Catalina de Cádiz y que inicia la conmemoración del Año Gran que recordará la figura del pintor con varios proyectos por España.
El recorrido por la creación de Gran presenta un centenar de merecidas paradas, una por cada una de las obras que han llegado hasta la exposición, estructurada en dos salas. Son dos barrios distintos. En el primero, el visitante puede pasear por una enorme calle rodeada de los paisajes de Gran. En el otro, la Sala Baja se ha convertido en un curioso zoo de los animales imaginarios que dio a luz la prolífica mente del pintor.
Visión abstracta
La comisaria de la muestra y sobrina del artista, Begoña Merino Gran, dio ayer las claves para que el gaditano se acerque sin pérdida a la obra del cántabro. «Tienen que tener en cuenta la aportación que hizo a la visión de la abstracción en la pintura del siglo XX», dijo la comisaria al presentar la exposición ayer junto a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez y director de la Fundación Municipal de Cultura, Antonio Castillo, además de la responsable de las muestras del castillo, Carmen Montes.
«Se trata de un realista fotográfico de los mundos que no son, o que son, pero que no vemos», dijo Merino, que apuesta por distinguir en el heterogéneo trazo de las obras «las características personales que le han distinguido de cualquier otro pintor de su generación». Gran nació en Santander en 1928 donde recibió su primera formación inscrito en la Escuela de Artes y Oficios de Santander primero, y más tarde en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Allí conoció a artistas como Antonio López, Lucio Muñoz, Amalia Avia, Isabel Quintanilla y María Moreno, con los que trabó una gran amistad.
Durante toda su carrera, su marca fue evolucionando. En un principio su obra se encuadró en la figuración, siguiendo la estela de la escuela realista madrileña. Posteriormente evolucionó hasta «un informalismo muy personal, con una gran preocupación por el color y la luz. Sus últimas obras, preñadas de ocres y grises se encuadraban sin ambages en la más pura abstracción».
El 'Año Gran'
Fue un hombre modesto que «siempre huyó de las cámaras» -dijo Teófila Martínez-. «Siempre se olvidaba de él». Para conseguir que ese aura de olvido no perviva después de su muerte, comenzaba con la muestra de Santa Catalina el llamado Año Gran, que constará de varios actos en Cantabria.
Merino confirmó que el Festival de Santander repetirá el cartel que el artista pintó en 1981. Una de sus calles más insignes -el paseo Reina Victoria- contará con una estatua suya obra de Gema Soldevilla. Además, se pondrán en marcha talleres y conferencias con voces tan insignes como la de Blecua o Antonio López. Dos exposiciones mostrarán su obra, aunque la que expresa de manera más completa el Universo Gran abre en Santa Catalina. Hasta el 17 de mayo.
apaolaza@lavozdigital.es