CARÁCTER. La Moneta está considerada como una de las bailaoras más singulares y prometedoras de su generación. / LA VOZ
Sociedad

Fuensanta La Moneta desata su temperamento femenino en 'De entre la luna y los hombres'

La bailaora granadina trae al Villamarta un espectáculo cimentado en la poesía de Ángeles Mora y Teresa Gómez La dirección escénica corre a cargo de Hansel Cereza

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La mujer triunfadora e independiente, la mujer infiel, la abandonada, la insatisfecha; la mujer inquieta, la sacrificada, la sumisa y la rebelde. Fuensanta La Moneta ha buscado en su interior a todas esas mujeres. Después les ha dado forma paso a paso, movimiento a movimiento, hasta crear un fresco plural, plagado de matices, que salta de la tensión introspectiva al arrebato, de la alegría al llanto, del dolor a la risa, de la pasión a la pena, entre seguiriyas, soleares o farrucas.

El espectáculo que la granadina trae al Villamarta está hecho con mimbres de primera: los poemas de Ángeles Mora y Teresa Gómez, la dirección escénica de Hansel Cereza (fundador de La Fura), la música de Miguel Iglesias y la fuerza arrolladora y temperamental de una bailaora que está considerada como un referente de la nueva juventud flamenca.

En De entre la luna y los hombres, La Moneta afronta movimientos que ella misma ha coreografiado «con entusiasmo», desde la farruca Sueños hasta la seguiriya Reencuentro, pasando por la malagueña y abandolao Cal y una coreografía virtual, A solas, ilustrada con proyecciones.

El único apoyo escénico será la voz de la cantaora Eva Durán, los guitarristas Miguel y Paco Iglesias, el percusionista José Carrasco y los palmeros Bobote y El Eléctrico. A ellos se suman, mediante voz en off, el cantaor granadino Jaime el Parrón, interpretando una letra de Luis de la Pica, y el actor Ramón Aparicio.

Ta y como explicó la joven artista ayer en la Bodega San Ginés, De entre la luna... es «el proyecto más ambicioso de mi carrera, a todos los niveles». El espectáculo aborda «la relación entre la mujer y el hombre, desde varios puntos de vista, a veces complementarios y a veces contradictorios».

Así, a través de una sencilla pero bien hilvanada concatenación de escenas -acompañadas por textos poéticos y, por supuesto, de baile- se describen «los sentimientos que pueden tener lugar en una relación amorosa, los encuentros y desencuentros, los momentos de cariño y de aflicción». Para cada una de estas secuencias escénicas la bailaora ha elegido palos flamencos en consonancia con el prototipo de mujer que observa el espectador.

Para desarrollar sentimientos y sensaciones tan diferentes, la bailaora explicó que en este montaje ha tenido que «reinventar una parte de mí». Sin embargo, en el fondo, no se aparta de «su camino flamenco». «Mi sello está presente, pues de lo contrario no sólo estaría engañando al público, sino que también me engañaría a mí misma», aseguró.

«Yo soy como la voz de su conciencia», señaló Eva Durán, la cantaora que interpreta los textos de las dos poetas granadinas que conforman el hilo argumental de un montaje cuyo guión corresponde al productor Raúl Comba. «Es una gran oportunidad para mí y me siento muy identificada con este proyecto», precisó la cantaora.