LA COLLEJA DE DIOS

Pinchando en hueso

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e momento tenemos que estar dos meses respirando con un solo pulmón. Se nos cae Emilio por una inoportuna lesión de menisco. El gallego tendrá que pasar por chapa y pintura para regresar cuanto antes al centro del campo. Contratiempo del copón. Ha llegado lo que todos temíamos y en la misma falda del Tourmalet xerecista. El gallego era el único que movía al equipo. Le daba sus pausas, sus pases y sus centros ahora todo eso no existirá durante un tiempo. Conociendo su carácter e implicación, estoy seguro que cuando estemos en el Domingo de Resurrección comenzaremos a hablar de la cuenta atrás de su reaparición que me atrevo a decir que no se dilatará mas del 15 de abril. Quédense con esa fecha, quedarán 10 partidos y volverá el Mago. Animo Emilio. Espero que el muchacho, así lo llamaré a partir de ahora, le pase este artículo al gallego igual que le pasaba los otros. Muchachos que siguen poniendo trabas en el camino y aburriendo al personal. Ejemplo de trivial, Mabel García. Otra que se cargan por querer sacar dinero del club TRABAJANDO, en mayúsculas y por derecho. No como otros. A la señora Mabel, mis disculpas. Pensamos mal uno del otro mutuamente. Ahora pensamos lo mismo. Cosas de la vida. Bilbao, Gamero... como me molaría veros solos bajo palio, como los Remedios. Pero es un sueño. Ahora, a seguir disfrutando y apoyando al equipo que sin Emilio necesita muchos mimitos. Yo, mientras mi trabajo me lo permita, acudiré a mi asiento de socio en preferencia a vivir cada partido. Aunque eso sí, con algo de miedo. Un día me amenazaron diciéndome que me partirían la cara y no estoy tranquilo. Mi psicólogo me ha dicho que estoy en condiciones de pedir una baja, yo le he respondido que antes de pedir una baja pongo yo una querella que está de moda. Y la mía, con mucho fundamento como Arguiñano. Yo también puedo, y por derecho. Vamos a estarnos quietecitos todos que tengo ahora muchas ocupaciones. ¿Vale? Mejor lo dejamos para verano con el equipo ascendido y yo de vacaciones. Ahora... jaleos los mínimos.