El Athletic barre al Sevilla a base de pundonor y jugará la final de 'su' trofeo
Javi Martínez ya daba el pase a los leones en el minuto 4 con un gol de rechace Los de Caparros borraron al rival con la presión de la primera media hora
Actualizado:Convencido, inspirado y valiente. Sin trámites y con todo el punch de un equipo hipermotivado. El Athletic entró por la puerta grande en la final de la Copa del Rey, trofeo que considera casi como suyo y del que la historia le había apartado durante los últimos 25 años. Lo hizo tras fulminar al Sevilla en un alarde de juego, garra e inteligencia y gracias a un once vertebrado por la juventud y las ansias de ganar.
Los de Joaquín Caparrós apostaron todo su futuro a los primeros minutos de juego y lograron su objetivo, encarrilado gracias a un temprano gol de Javi Martínez. El navarro se aprovechó de una jugada clásica y muy propia del Athletic: un saque de banda larguísimo, peinado en el primer palo y que Javi Martínez remató, en primera instancia, y volvió a remachar con convicción tras el despeje de Palop.
La primera andanada terminó por reventar el ambiente tan especial e increíble generado en Bilbao y también tuvo un efecto secundario inmediato: convertir al Sevilla en un equipo sin ideas, atenazado y menor con el paso de los minutos. El Athletic apretaba las tuercas del tímido conjunto andaluz y vencía en casi todas las pequeñas refriegas que forman un partido. Los bilbaínos ansiaban la ración de grandeza que históricamente les corresponde y, tras años de penurias, no iban a dejarla escapar ante una afición entregada. Con la ventaja retrasaron sus líneas ligeramente, algo que no les incomoda en absoluto cuando Llorente está sobre el césped, y permitió que los visitantes enhebrasen al menos unas jugadas, que tomaran aire y repensaran qué hacer, pero lejos del área de Iraizoz.
A los de Caparrós sólo les faltaba saber lidiar con la presión y el minutero del reloj, y lo hicieron sin grandes problemas, creando, incluso, algunas ocasiones de gol en la segunda mitad. Con el pitido final culminó la fiesta en San Mamés, con un público que invadió el terreno de juego, tras una segunda mitad de nervios, que consagró a un equipo joven en su eje (Amorebieta, Javi Martínez y Llorente) y que espera, el próximo 13 de mayo en Valencia, recuperar el idilio perdido entre el Athletic y la Copa del Rey.
Orgulloso del modelo
De ahí que Joaquín Caparros dijera al final del choque que «es un día para sentirse orgulloso del modelo del Athletic». Por su parte, Manolo Jiménez reconoció que «no merecíamos estar en la final». Será la sexta final entre Athletic y Barcelona en toda la historia del trofeo.