Sesenta céntimos
Para un asunto relacionado con mi actividad profesional -quería conocer el contenido de un expediente administrativo-, acudí la pasada semana a las dependencias de la extinta Gerencia Municipal de Urbanismo donde, tras ser convenientemente escudriñado por la recepcionista de turno, me dieron número cual charcutería, que me permitió sentarme ante una funcionaria que, a su vez, me autorizo para ingresar en las dependencias municipales. Ya dentro, una segunda funcionaria me dio a conocer el contenido del expediente de marras y, tremendamente amable, realizó las cinco fotocopias, de otras tantas páginas del expediente que, en uso de mis facultades legales, le había solicitado. Mi sorpresa vino cuando al intentar marcharme de allí con mis fotocopias, pues ya nada ni nadie me retenía, la funcionaria se negó a ello, aduciendo que previamente debía acompañarme a la mesa donde había sido atendido.
Actualizado: GuardarDe regreso ante la primigenia funcionaria, perdiendo un tiempo que a ciertas edades se antoja preciado, ésta me hizo firmar un primer documento solicitando las fotocopias, así como un segundo documento reconociendo que las recibía. Con las fotocopias en mi poder y cuando definitivamente creí marcharme, me dice que aún debo esperar. Para mi sorpresa, me entrega dos documentos de autoliquidación, por los que paso a constituirme en deudor del Ayuntamiento de Jerez en la cantidad de setenta céntimos, importe de las cinco fotocopias que, a estas alturas, ya me había arrepentido de solicitar.
Pero la fiesta no termina. Frente a mi disposición para pagar aquello inmediatamente y en efectivo a la inicial funcionaria, ésta se niega en redondo, pues ni es su cometido, ni son formas. Mi excelso Ayuntamiento me otorga un amplio plazo, hasta el seis de de abril, para abonar tan ingente deuda en las dependencias de cualquier entidad colaboradora, que convenientemente se relacionan en los documentos de autoliquidación.
Ahora me explico la crisis del Ayuntamiento jerezano. Ahora entiendo la enorme deuda que arrastra, e incluso logro comprender donde colocan nuestros políticos a tantísimo enchufado como trabaja en las dependencias municipales. Si ya es un robo que el Ayuntamiento cobre a catorce céntimos una fotocopia, cuando cualquier copistería las cobra a diez, que decir de la burocracia y el gasto inútil que pone en marcha mi administración local por cinco fotocopias de mierda.
Como habrán deducido de la anterior narración, para darme las cinco fotocopias debí firmar cuatro papeles realizados por impresora láser, dos originales más dos copias. Añadan a ello los dos impresos de autoliquidación que me entregaron, más otros dos ejemplares que se quedó la funcionaria. Después sumen que debo perder como mínimo diez minutos en la cola de un banco para pagar tan irrisoria cantidad y, una vez efectúe el pago, habrá un tercer funcionario que contabilizará dicho ingreso, imprimiendo al menos dos o tres nuevas páginas. En resumen, para darme cinco vulgares fotocopias por las que pagaré setenta céntimos, mi Ayuntamiento ha desperdiciado diez folios, el correspondiente gasto de equipo informático, así como el trabajo de tres funcionarios. Ello sin valorar mi tiempo, tanto el ya perdido -es absurdo que se tarde una hora en obtener cinco fotocopias-, como el que aún deberé perder, pues no olvido los diez o quince minutos que, como mínimo, deberé pasar en la cola del banco al que acuda para pagar la indicada tasa por fotocopias.
Juro que por un momento pensé que era objeto de algún tipo de cámara oculta a cargo de la televisión local jerezana pero no, aquello era la cruda realidad, era la burocracia en su estado más puro. Y aunque entiendo que la historia puede parecer un chiste, prometo que no sólo no lo es, sino que refleja fielmente la crudeza de nuestras administraciones, con plantillas absurdamente infladas que tramitan asuntos que, en algunos casos, rayan la estupidez más absoluta Lo triste de la historia es que mientras redacto estas líneas, me ha llegado un SMS a mi teléfono móvil, así como un correo electrónico, ambos de idéntico contenido: «Documento emitido por GMU con importe 0,70 y vencimiento 06/04/2009».