El Mallorca sueña que el Barcelona siga dormido un partido más para remontar

Dicen que el fútbol es un estado de ánimo. A esa sentencia que seguro que habrá pronunciado alguna vez el profesor Gregorio Manzano se agarra el Mallorca para intentar remontar la semifinal de Copa ante el Barça este miércoles en el Ono Estadi. Hace un mes, tras el 2-0 de la ida que firmaron Henry y Márquez en el Camp Nou, parecía que el partido de vuelta iba a ser un trámite. Pero a veces el fútbol cambia mucho en muy poco tiempo.

Aquel Barça divino ya es humano tras encadenar cuatro partidos sin ganar (tres en la Liga y uno en la Champions League). Y aquel Mallorca casi hundido ha resucitado con tres victorias ligueras consecutivas y un empate. Desde el 5 de febrero, cuando se vieron las caras en Barcelona, el conjunto balear sólo ha encajado un gol en cuatro encuentros de Liga, mientras que el azulgrana ha recibido nueve. Así no es extraño que en las últimas horas se sueñe en Palma con dar la sorpresa bajo un lema romántico: «Soñemos».

El Barça viaja hoy al mediodía tras realizar su suave entrenamiento matinal en el Camp Nou. Aterrizará en Palma nueve horas antes del encuentro con todos sus efectivos, incluidos los lesionados Milito y Abidal, pues Guardiola quiere hacer piña en un momento difícil y, de paso, que todos puedan disfrutar de la primera alegría real de la temporada: el hipotético pase a la final.

Entre ellos también estará Iniesta, que recibió el alta médica tras dos semanas de baja por una lesión muscular que ha coincidido con el bajón de su equipo. Es la esperanza para cambiar la dinámica negativa, pero no está claro que vaya a jugar de titular. Ni Pinto, habitual titular en la Copa, tiene el puesto asegurado. El Barça quiere estar en la final de Valencia como sea y no está claro que vaya a jugar el equipo B, el de la Copa, con Cáceres, Keita, Hleb o Bojan. Manzano, por su parte, más tranquilo tras la reacción liguera dijo: «Es difícil que el Barça repita otro mal partido, pero nosotros les vamos a apretar para crearles dudas. A ellos se les nota que físicamente no pueden hacer la enorme presión que hacían en los primeros meses de competición y debemos aprovecharlo».