SIN USO. Pepe Arroyo en la zona social del campamento juvenil que se encuentra abandonado. / A. R.
UBRIQUE

La asociación juvenil 'Tamal' cierra su sede social al retirarle el Ayuntamiento las subvenciones

Pedirá al consistorio y la Junta de Andalucía que le retiren las distinciones 'de Interés Público Municipal' y la 'Bandera de Andalucía' que les otorgaron en el año 1997 y 1996, respectivamente

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Asociación Juvenil Tamal de Ubrique (Taller de Medio Ambiente Aire Libre de Ubrique) ha procedido al cierre de su local social, punto de encuentro de jóvenes ubriqueños en los últimos 18 años, después de que no haya recibido noticia alguna de las subvenciones anuales que recibía del Ayuntamiento de Ubrique para el mantenimiento de dicha instalación y para la organización de actividades.

El local social se abría a diario al público, entre las 5 de la tarde y las 9 de la noche, y una treintena de jóvenes acudían a él para disfrutar de una película, jugar al ping pong o al futbolín, leer o compartir experiencias y momentos con los compañeros. Esto ya no se podrá hacer ya que la Asociación ha cerrado el mismo, desde ayer lunes, y sólo quedará disponible para las reuniones del colectivo aunque sin servicios de teléfono (internet y voz), luz y agua.

Esta decisión se produce después de que el colectivo haya remitido tres escritos al Ayuntamiento de Ubrique planteando la necesidad de renovar las subvenciones «como se viene haciendo hace más de una década», asegura el coordinador de Tamal, José Arroyo, sin que «hayamos recibido respuesta alguna por parte del equipo de Gobierno». Además, también han planteado la situación a todos los partidos políticos con representación plenaria, PSOE, PA y PP, para que conozcan la situación del colectivo y «tampoco nos han contestado», asegura Arroyo. En concreto planteaban al consistorio mantener la ayuda del local al nivel de la de 2008 y rebajar a la mitad las ayudas para actividades sociales.

Ante esta situación, Tamal ha solicitado a estos grupos políticos que, en el próximo Pleno Municipal, se le retire el carácter de «Interés Público Municipal» que le fue otorgado en septiembre de 1997, hasta que «las circunstancias o los méritos permitan dicho honor y responsabilidad».

Tamal muestra, de este modo, la «impotencia, el malestar e incompresión» de sus jóvenes, por «esta grave decisión unilateral del Ayuntamiento y por el daño que va a ocasionar». Además, asegura que van a mantener trabajando en los distintos campos de trabajo, talleres, iniciativas, actividades y proyectos de voluntariado medioambientales, culturales y sociales (Bandera Verde, Andamio y Jovencuentro), que se vienen realizando durante los últimos años.

El malestar del colectivo no queda en el problema del local y las subvenciones, ya que el estancamiento de proyectos como el del Campamento Juvenil del Cerro de Mulera o el Ecomuseo del Hábitat Rural. El primero de ellos comenzó a construirse en 2003, invirtiendo Medio Ambiente 720.000 euros, pero la instalación nunca llegó a abrirse y prestar servicio.

El Ayuntamiento recepcionó las obras en 2004 pese a que el colectivo entiende que la instalación «no se encontraba en condiciones», ya que la maderas de la casa social y el fuerte se encontraban en mal estado y sin tratar, había detalles del proyecto que respetaban el convenio de desarrollo firmado y, actualmente, ha sufrido importante actos vandálicos, debido al abandono que sufre, que hacen inviable su puesta en marca.

Al colectivo le avalan un informe de la Cámara de Cuentas de Andalucía que «no considera razonable que se hayan utilizado fondos europeos para un proyecto que no se ha puesto en marcha», asegura José Arroyo, y una resolución del Defensor del Pueblo Andaluz, de julio de 2008, en la que propone a Consejería y Ayuntamiento que lleven a cabo reuniones para dar solución a la terminación y gestión del campamentos. Medio Ambiente ha rechazado dicha resolución y el Ayuntamiento no responde a la misma, según comunica el propio Defensor del Pueblo al colectivo.

Estas circunstancias se han puesto en conocimiento del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, al que se le ha remitido un escrito para darle a conocer la situación. Además, también se le ha adjuntado una bandera de Andalucía que la Delegación Provincial de Gobernación les entregó en 1996, por sus actividades, proyectos y trabajos con los jóvenes, para el conocimiento y la conservación del medio ambiente y la cultura y para con el voluntariado de la Sierra, desde sus inicios en 1987.

La última cuestión que preocupa a Tamal es la paralización del proyecto del Ecomuseo del Hábitat en la Sierra de Cádiz. Para el mismo se construyó un edificio a la entrada del pueblo, en la zona de Las Cumbres, que albergaría una representación, a escala, de las actuaciones que el hombre ha llevado a cabo en el Medio Ambiente, en la zona de la Sierra, para el aprovechamiento de los recursos. De este modo, se crearían lagares, pozos de agua, aljibes y pozos de nieve, entre otras instalaciones, y se explicaría el funcionamiento de las mismas.

Tamal entiende que mantener estos logros que les fueron otorgados supondrían ser cómplices de la «mala utilización que se han hecho de instalaciones públicas en las que se han invertido mucho dinero», apuntó José Arroyo. La idea del colectivo con el campamento es que se creara una sociedad, sin ánimo de lucro, que gestione este espacio público y que permita que los beneficios reviertan en la propia instalación y la preparación de nuevas actividades. Además, se pretende que eso permita que ciertos colectivos puedan utilizar las instalaciones de manera totalmente gratuitas.

Asociación

La Asociación Juvenil Tamal cuenta actualmente con más de 40 socios de pleno derecho y unos 60 que tienen derecho a participar en la asamblea pero no a votar. Además existen muchos jóvenes que se acercan al colectivo para disfrutar de sus instalaciones y actividades. Ninguno de los jóvenes aportan nada a la asociación, en forma de cuotas, ya que lo que se pretende es que ellos participen y no que el dinero sea un problema que reduzca el número de socios.

En los 22 años que lleva la asociación más de 3.000 jóvenes han pasado por la misma y de hecho muchos mayores se mantienen dentro de la organización. No obstante, estas circunstancias no han sido capaces de evitar que la mayoría de edad que cumplía la sede social no haya supuesto su cierre, de momento.

sierra@lavozdigital.es