ESPAÑA

Rajoy viaja a Santiago para celebrar como propio el triunfo electoral

«Ha sido una victoria hermosa». Mariano Rajoy expresaba así su alegría por el triunfo electoral del PP en Galicia, que él en persona se trabajó pueblo a pueblo a lo largo de las dos semanas de campaña. El líder de la oposición celebró ayer el éxito en Santiago junto al comité de dirección del partido opositor, que se reunió en la capital gallega con carácter extraordinario. El futuro presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, agradeció el apoyo de su presidente nacional y prometió gobernar «para todos» con diálogo y austeridad.

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Rajoy compareció después muy sonriente en la sede del PP junto a Núñez Feijóo, que fue recibido con gritos de «¿presidente, presidente!». «Éste es un partido que ha vivido momentos malos y momentos buenos, como le pasa a todos, pero éste es un partido muy especial y en las circunstancias más difíciles es cuando se demuestra que lo es», dijo el líder nacional de los populares, que recordó sus orígenes en 1977 como militante de base en Pontevedra «pegando carteles con cola» y que admitió emocionado que esta última campaña electoral ha sido «la más bonita en la nunca he participado».

«Ha sido el triunfo de un candidato magnífico, de un equipo extraordinario y del trabajo, del esfuerzo y de la fe en la victoria», resumió Rajoy, que resaltó el «triunfo extraordinario» del PP gallego y el éxito también «muy importante para España», aunque precisó que él se siente en su partido «igual de reforzado» que cuando fue reelegido presidente en el Congreso de Valencia.

Feijóo, que con poco más de 3.000 votos ganados con respecto a las anteriores autonómicas logró que el PP recupera una holgada mayoría absoluta, prometió «gobernar para todos, con independencia de los resultados electorales», y adelantó que presidirá Galicia con «un proyecto único, de un partido, de un gobierno y de un presidente».

Resumió así la que, posiblemente, haya sido la causa principal del vuelco electoral obtenido, porque más allá de su menguado incremento de votos, el futuro presidente de la Xunta señalaba el castigo del electorado a un gobierno bipartito que durante cuatro años exhibió más diferencias que coincidencias entre sus dos socios.