El miedo a la banca arrastra al Ibex 35 a su mínimo anual

El Ibex 35 cerró ayer en los 7.270 puntos tras apuntarse un descenso del 4,6%, la mayor caída en lo que va de año. El miedo a una segunda ola de descalabros en la banca, ampliado por las pérdidas millonarias presentadas por AIG y HSBC, disparó las ventas en todos los mercados.

En España, BBVA y Santander cedieron un 9,3% y un 8,2%, respectivamente, y lideraron las pérdidas junto a Telecinco, lastrada por unos pésimos datos de audiencia en febrero. No le fue mejor a la banca mediana. Popular cayó un 6,1%; Sabadell, un 5,8%; Bankinter, un 4,6% y Banesto, un 3,4%. Sólo se salvó Acciona, que apenas repuntó un 0,4%. Telefónica fue una de las mejor paradas, con un recorte del 1,1%.

En el resto de Europa la jornada fue aún más negativa, con pérdidas como el 4,5% de la Bolsa de París o las del Footsie 100, que retrocedió un 5,3%. Tras el derrumbe londinense se esconde un claro responsable: el HSBC. El banco, una de las pocas entidades británicas que no ha recurrido hasta ahora a la ayuda pública, anunció un descenso de su beneficio en 2008 del 70%, al tiempo que una ampliación de capital de más de 14.000 millones de euros y un ajuste de plantilla de 6.100 empleos.

Cuando los operadores aún asimilaban el crack del HSBC, Wall Street abrió teñida de rojo y en mínimos de once años por el enésimo susto de la aseguradora AIG. La compañía reconoció unas pérdidas de 100.000 millones de dólares el pasado año, de los que 61.000 se volatilizaron en el último trimestre. El Gobierno anunció el tercer rescate de la entidad -en esta ocasión con 30.000 millones de dólares- lo que, paradójicamente, disparó un 15% su cotización.

AIG es la personificación más evidente de la teoría económica anti-crisis de Barack Obama, que ha señalado en numerosas ocasiones que prefiere soportar al sistema financiero a costa de las arcas públicas a «no hacer nada».

«Hecha una ruina»

En EE UU, todos los títulos bancarios cayeron sin remedio lastrados, además, por el último mensaje del multimillonario Warren Buffet. El gurú de las finanzas explicó en una carta a los accionistas de su compañía (Berkshire Hathaway) que 2009 será «un año terrible para la economía, que seguirá hecha una ruina».