Las alas del Cádiz

Las bandas del Cádiz vuelven a gozar de una extraordinaria salud. Sus dos propietarios son dos puñales para las defensas contrarias y, ahora, además de servir balones para sus delanteros también se dedican a pasearse por el área contraria para pasar a convertirse, si el equipo lo necesita, en sus hombres gol.

Basta para comprobar la idea anterior el partido disputado el pasado domingo en Ceuta, donde Enrique Ortiz y López Silva fueron los autores de una de las re-montadas más importantes que ha conseguido el Cádiz en la presente campaña por tratarse de uno de los campos más difíciles de la categoría.

Poco o nada se puede decir ya de Enrique. Sus detractores seguirán estando pese a los números que presenta pero por más que le piten en Carranza, más goles sirve y más celebra. Una vez más, el extremeño pasa por alto las voces críticas que levanta en cada internada y se centra en lo que verdaderamente le importa: «Convencer al míster que es al único que tengo que ganarme con mi trabajo», decía a la vuelta de Ceuta.

Tras una nueva exhibición de efectividad, Enrique se muestra «contento por el equipo y también en lo personal porque tuve la suerte de hacer el empate y dar el pase del segundo», dice.

Admite alegrarse «siempre que marcas un gol» pero si el equipo gana «la alegría es doble, sobre todo en un campo tan complicado como el del Ceuta».

Y es que para el 8 amarillo, la remontada en el Alfonso Murube reviste «un mérito especial» porque tras no «ser fieles a nuestro juego en el primer tiempo donde hicimos un fútbol directo».

Para el extremo derecho, los puntos en Ceuta servirán al equipo «para coger moral» después de las dos derrotas consecutivas que cosecharon como visitante.

Acepta las críticas

Más nuevo en esto del cadismo es López, quien con su trabajo está consiguiendo hacerse un hueco en el corazoncito de los aficionados. Sus goles valen oro pues los tres que ha marcado han valido 9 puntos. «Esos goles son coincidencia. He tenido la suerte de marcar goles que han significado triunfos», dice el onubense.

Por méritos de Enrique, se en-cuentra jugando a pie cambiado en una posición donde «me estoy encontrando cómodo». Sin embargo, a la hora de pisar la línea de fondo siempre «tengo que elegir dar el pase atrás» por sus carencias con la izquierda.

López llegó de la mano de Julio Peguero, algo que no le ha facilitado las cosas ya que muchos aficionados pensaban en el compadreo entre paisanos como principal motivo de su fichaje. Él se lo toma con filosofía y acepta las críticas aunque las combate con fútbol. «Es normal que en el fútbol haya opiniones. Sé que Julio me conocía de Huelva y cuando yo voy al Cádiz puede ser normal que se comente eso pero yo lo que siempre intento es hablar en el campo», acepta con humildad y deportividad.