CALLE PORVERA

Carnicería

Hace, justo, un mes. La compañera de LA VOZ DE CÁDIZ, Silvia Tubio, abría la veda en Jerez desvelando que la Fiscalía Anticorrupción estaba investigando al ex alcalde jerezano Pedro Pacheco por supuestas contrataciones irregulares a dos colaboradores y compañeros de partido. Luego, el caso Pacheco pasaba a ser el caso Jerecom (en el que por cierto el ex delegado de Urbanismo no aparece como investigado) y, finalmente, todo el mundo se ha olvidado de él, porque han cambiado los protagonistas sobre el escenario, aunque el paisaje sigue siendo el mismo: corrupción y política. La finca sobre la que cazaron Garzón y el caído en desgracia Bermejo ha extendido sus tentáculos a la ciudad y ahora las protagonistas son la actual alcaldesa Pilar Sánchez (como parte acusadora, otra vez) y la ex regidora María José García-Pelayo (a la que acusan de haber contratado para Fitur 2004 a dos de las empresas que ahora investiga Garzón).

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Lo que parecía una cacería se ha convertido en una carnicería. O en «basurilla», que diría el portavoz del Gobierno local. Esparcida por la conocida como técnica del ventilador. Sólo que, como si en una tienda de electrodomésticos me encontrara, no sé ya cuál es el artefacto que se está empleando para producir la corriente de aire. ¿Pacheco? ¿Jerecom? ¿Correa en alemán? ¿Mitin, que también suena a alemán?

Total, que ha pasado un mes. Y, como decía, han cambiado los actores, pero continúa la misma representación teatral. Tras una semana de descanso, vuelvo al tajo con la sensación de vivir, como Bill Murray, en el eterno día de la marmota.