CREADOR. Antonio Millán está gestando la fundación xerecista. / LA VOZ
Deportes

La fundación asoma la cabeza

El Xerez podría tener constituido en mes y medio un nuevo órgano para colaborar y ayudar a la sociedad anónima deportiva pero sin ningún ánimo de lucro

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El pasado jueves el consejo de administración del Xerez Deportivo se reunió, entre otras, cosas para conocer el trabajo que ha realizado el catedrático en derecho mercantil Antonio Millán. El abogado jerezano tiene «completamente terminada la parte técnica» de la configuración de la futura fundación del Xerez. De hecho, la web del Deportivo publicaba como uno de los puntos tratados en dicha reunión la «presentación del borrador de los futuros estatutos de la Fundación por D. Antonio Millán y autorización al mismo para el inicio de contactos con distintos grupos para la constitución del patronato de la futura fundación».

Contactos que Millán comenzará a realizar esta misma semana como ayer contaba: «Me voy a reunir con las distintas peñas y con gente que yo sé que ha trabajado en el tema con anterioridad. De hecho, ya tengo fijada fecha para ello para esta misma semana. Cuando termine todo esto, haré una segunda formulación al consejo, y si ellos le dan el visto bueno definitivo, sólo quedará ir a la notaría y la fundación podría quedar terminada en un periodo de mes y medio o dos meses».

Y es aunque Antonio Millán ya tenga gran parte del trabajo adelantado, ahora «hay una parte política que está por definir. Estos aspectos apuntan a la composición del patronato, y yo también he realizado una propuesta al consejo de administración que les ha parecido bien e incluso se le ha dado un primer visto bueno. El siguiente paso sería debatir esta propuesta con todos los sectores del xerecismo, pues mi intención es que la fundación nazca apoyada por todo el entorno del Xerez Club Deportivo porque lo importante de la fundación es que salga a gusto de todos».

Los pilares de este nuevo órgano, fundamentalmente, van a ser tres: «Por un lado, los representantes de la propia institución, que no tienen por qué ser los propios directivos; un segundo grupo de personas que representen a la afición y que, en principio, se articulará básica pero no exclusivamente a través de las peñas; y después, la tercera pata serían los representantes de las instituciones públicas, que básicamente va a ser el Ayuntamiento».

Últimamente se ha barajado mucho la posibilidad de que la fundación fuera el vehículo que permitiera al Xerez acceder a algún patrimonio llegado desde instituciones públicas, pero Millán explica que «el patrimonio que tuviera la fundación no sería nunca un patrimonio del Xerez. Lo que sea del club debe estar escriturado a nombre del Xerez. Además, puede adquirir patrimonio en breve porque a lo mejor adquiere la explotación de los bajos de Chapín. Eso no es de la fundación, es del Xerez. La fundación se haría cargo, en todo caso, de la cantera o de asuntos de interés general. Si un día la fundación tienen inmuebles en su propiedad no sería del Xerez porque la fundación tiene su propia personalidad jurídica que estará dirigida por un patronato».

El gran problema del Deportivo es que acumula muchos años sin contar con patrimonio alguno, pues según el catedrático jerezano «si tuviera algo podría llegar a la Seguridad Social o a Hacienda y alcanzar un acuerdo. Su problema es que está despatrimonializado. A lo mejor el Xerez logra comprar unos terrenos rústicos a bajo precio para construir la ciudad deportiva, pero si no pudiera ser así, y la administración pública dijera que no puede ceder unos terrenos a una sociedad mercantil pero sí a una fundación sin ánimo de lucro, pues ahí estaría la fundación del Xerez. La idea es que esté constituida por si hay que tirar de ella en algún momento».

Millán calcula que en un par de meses podría ver la luz definitivamente, pero antes tiene que resolver el modo en el que se constituirá el patronato, pues básicamente, existen «dos tipos de fundaciones. Una en la que los mismos miembros del consejo de administración crean una fundación y se constituyen como patronos. Algo que, a mí modo de ver, es un error gravísimo porque eso es lo que hace que no sirva para nada porque parece que son para engañar. Pongamos un ejemplo para verlo más claro: un grupo empresarial o la propia administración pública quiere darle una subvención o un dinero a un club y entonces, en lugar de dárselo al club, se lo hace llegar a través de la fundación, y ésta se lo cede al club. Eso puede llegar a ser un fraude de ley porque ahí lo que hay es un engaño. Como se han dado cuenta de estas cosas, estas fundaciones no funcionan en ningún sitio. Precisamente», recalca Millán, «uno de los puntos fuertes de la fundación es que permanecerá siempre independientemente de que el Xerez cambie de manos. Y si la fundación tiene patrimonio tampoco podrá cambiar de manos. Es un órgano que servirá para apoyar al Xerez, para colaborar con sus fines sociales y de interés general, para la cantera, para potenciar el fútbol para todos los fines que expresamente se señalan en los estatutos de la fundación. Además, todo lo que sea de la fundación tiene un tratamiento fiscal extraordinario. Es decir, prácticamente no paga impuestos y tiene un tratamiento muy benévolo. Lo que no podría hacer nunca es hacerse cargo de una sociedad anónima deportiva como el Xerez, pues éste ya tiene sus propios fines y sus propios gobiernos como una sociedad mercantil».

Por otro lado, «hay otras que funcionan de otro modo. Un claro ejemplo es la del Real Madrid en la que están representados ex jugadores, aficionados, presidente de honor Es decir, tienen una formación plural y no se confunde la fundación con el propio Real Madrid Club de Fútbol».

La idea de Antonio Millán es que, la fundación xerecista «vaya en esta línea porque sino no merece la pena hacer una fundación. Y me ha sorprendido gratamente que todos los miembros del consejo de administración del Xerez han estado de acuerdo en esta línea de trabajo. Un órgano vinculado al Xerez, pero gobernado por un patronato en el que la afición tiene algo que decir y aportar».

En cuanto exista unanimidad en el entorno azulino el punto de partida será configurar el patronato por el que «estará gobernada. Dentro de este patronato se elige a un presidente, que lo eligen los propios patronos y que no tiene porqué ser el mismo presidente del club (en este caso, Joaquín Bilbao)».

sgalván@lavozdigital.es