Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
REGATE. Fornell consigue marcharse de un contrario. / FRANCIS JIMÉNEZ
TERCERA DIVISIÓN GRUPO X

El filial amarillo y el Sanluqueño demuestran por qué están tan abajo

El empate no sirve a ninguno de los dos equipos para alejarse del descenso Los visitantes erraron un penalti en los primeros minutos de la segunda parte

RAÚL ESTÉVEZ
Actualizado:

Todavía no se ha logrado aclarar si la presión ayuda a jugar mejor o peor al fútbol. Pero todo apunta a que depende de la calidad que se tenga en las botas y en la cabeza. Y ayer el Cádiz B y el Atlético Sanluqueño demostraron tener muy poca.

Siempre es preferible describir en términos positivos un partido en el que se enfrentan dos equipos de la provincia, con jugadores jóvenes, muchos de ellos con el futuro del deporte rey gaditano en sus piernas. Sin embargo, el encuentro que disputaron ayer el filial y el Sanluqueño ofreció muy poco de lo bueno que tiene el fútbol.

La primera parte se puede resumir en que no metieron la pierna, no combinaron y no atacaron. El empate a cero debía valerle a los dos (ambos a un tiro de piedra del descenso), pero a los aficionados que decidieron echar la mañana dominical en El Rosal, más les hubiera valido haberse ido a tomarse unas tortillitas de camarones y una cerveza a la plaza de cualquier localidad gaditana.

Ni el propio club, parece ser que a petición de entrenador local Jesús Casas, dio valor alguno al partido al obligar a los veintidos chavales a jugar en el campo anexo de El Rosal, el dedicado a Macarti. Las bebidas isotónicas que los jugadores toman en el descanso les dieron bríos para echar un poco más de ganas al inicio del segundo tiempo.

Fue entonces cuando el árbitro señaló penalti en el área local y Montaño tuvo la oportunidad de hacer ganar el partido a su equipo. Pero le temblaron las piernas y las ideas. Tomás dio señales de buen portero y aguantó y aguantó. Obligó al lanzador a dudar, amagar con una paradinha, que fue más un frenazo, y disparar justo donde quería el portero. Buena estirada y el cero a cero inamovible en el marcador.

El Cádiz se encorajinó. Salió Bienve al campo e hizo lo mejor del partido (junto a un par de recortes de Bello, el Robben del filial, para lo bueno y para lo malo). Precisamente fue Bienve quien lanzó a la escuadra derecha del arco rival en una falta ejecutada con maestría, pero Moisés respondió a Tomás y dejó claro que en partidos de empate sin goles, los mejores siempre son los guardametas.

Y casi nada más hasta el final. Dos expulsiones, una por cada equipo, de pura impotencia, un despiste del filial que por poco le cuesta el punto y la gente en la grada hablando de sus cosas. Los dos equipos seguirán sufriendo.