LA ROTONDA

La cocina del poder

El poder siempre tiene la tentación de, como en el Derecho, convertir la costumbre en una fuente para legitimar su acción de gobierno. Las cosas siempre han sido así, parece ser el artículo preferido en el preámbulo del político listo.O listillo. Y a veces, se les va la mano. Tanto, que llegan a creerse que están por encima de la Ley. Dan licencias a dedo, adjudican obras sin concursos, contratan a amigos y conocidos, despiden a enemigos... Total, si se ha hecho siempre... Y se envalentonan... Y admiten un regalito, y luego un regalazo, y luego una comisión... Total, todo el mundo lo hace... Y piensan en el futuro, y se van de caza o de crucero, y les toca la lotería... Total, no será la primera vez. Ni la última. Y luego pasa lo que pasa, que acaban inhabilitados, expulsados, dimitidos o entre rejas. Y lo peor es que algunos se sorprenden... ¿Por qué me ha tocado a mí? ¿Eso no lo hace todo el mundo? Y se dan cuenta de que no, de que también los hay honrados...

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Por eso es tan importante que la Justicia sea garante de la legalidad de las acciones de gobierno y de que el poder no va a estar por encima de la Ley, sin caer en la tentación -ni siquiera por costumbre- de pegarse a los políticos y a su irrefrenable deseo de tomar decisiones en la cocina, a hurtadillas, por encima del bien y del mal.

Y en este juego de luces y sobras, llama la atención esta semana la decisión de la Junta de Andalucía de acatar -sí, es noticia, porque un viceconsejero llegó a decir que no lo haría- un fallo del TSJA que obliga a renegociar las expropiaciones del polígono Las Aletas... Y está bien porque en su día la Junta quiso comprar duros a cuatro pesetas a costa de los propietarios. Y la Justicia le ha parado los pies.

Luego, hay cosas menos claras. Después del golpe que supuso para Montenmedio tener que derribar parte de su casa club para hacer efectiva una sentencia del TSJA, esta semana recibió el visto bueno para la construcción de un macrocomplejo de lujo, la esperada Ciudad del Caballo, tras disipar la Comisión Provincial de Urbanismo los últimos obstáculos que quedaban. No todo iban a ser malas noticias. Una de cal y otra de arena. Y todos contentos.

También estos días conocimos el fallo del Supremo que declara ilegal el campo de golf de El Puerto tal y como denunció el grupo Jale, a su vez pendiente del futuro de Las Beatillas. A ver cómo acaba todo.

Y entre una cosa y otra los hay que se dedican a sembrar dudas, corruptelas y delitos para intentar pescar en río revuelto. En Jerez andan todos como locos y ya se apuesta para ver cuál de los tres alcaldes pasa antes por el banquillo: Pedro Pacheco, Pilar Sánchez o María José García Pelayo. El ex alcalde, por si acaso, ha anunciado que vuelve a la política. Por algo será. Y el PP anuncia querellas contra la edil socialista.

Nunca como ahora hay tantos alcaldes y concejales bajo sospecha, imputados, condenados o inhabilitados.

Siempre nos quedará la Justicia para que, más tarde que temprano, imponga la razón. Que se lo pregunten a Hernán Díaz, mandado a casa por contratar a un policía local a dedo. Aquí se contrata a quien yo quiera, debió de pensar.

EL PP DE ANDALUCÍA NO LOGRA DESPEGAR

El liderazgo de Manuel Chaves apenas se ha resentido por la crisis, el paro o el desgaste lógico de 30 años de gobierno socialista. Todo lo contrario. No hay quien le tosa al presidente, que en su culata política lleva unas cuantas muescas de rivales acabados. Fulminó a los andalucistas, quemó a los izquierdistas, aburrió a sus críticos y tiene amargados a los populares.

Según el sondeo de opinión de Sigma Dos para LA VOZ, los andaluces están contentos con el Gobierno de Chaves y revalidan su confianza mayoritaria. La opción de Arenas aún no se ve -y no será porque no lo ha intentado- como una seria alternativa. En todo este tiempo Arenas no ha conseguido formar un equipo capaz de romper inercias en Andalucía... Y son muchos los líderes que se han quedado en el camino: Teófila Martínez, Amalia Gómez, Manuel Pimentel, unos cuantos presidentes provinciales, otras cuantas parlamentarias y alcaldesas y hasta el joven talento Moreno Bonilla -pasó de tener una carrera fulgurante en NN. GG. a ser desterrado a Cantabria-. Todos ellos tenían algo en común: destacaban demasiado.

ÉXITO DEL CARNAVAL

Un Carnaval más. Cientos de coplas y tipos para la memoria colectiva. Más luces que sombras. Aunque yo, gaditano vital de aluvión, siempre echo de menos más calle que teatro, más ilegal que oficial, más improvisación que ensayo, más aplauso que jurado, más cola en el Millonario que en el supermercado, más pose que disfraz, más vencidos que vencedores... Y menos normas y puntos.

LA MAZA DE EMILIO

Uno de los golpes de la maza de Emilio impactó de lleno sobre nuestras conciencias. La sociedad siempre es más indulgente con los asesinos que con sus víctimas, porque así se siente más ajena, más protegida, más distante. Y quizá porque así no tiene que dar la cara como Emilio y se esconde tras el insensible muro de lo políticamente correcto.

macastillo@lavozdigital.es