vergüenzas políticas
CALLE PORVERA Cuando les veo con sus mejores galas acompañados de sus sabuesos políticos para comparecer ante los medios con carácter de urgencia, me echo a temblar e intuyo de forma inmediata que algo no va bien. Últimamente no paran de destaparse cajas de pandora, y lo peor es que hasta el apuntador tiene algo que ocultar. Ya no se puede confiar ni en la Justicia (lo siento, soy así de catastrofista), o al menos no en un juez que toma el protagonismo por bandera y que se cuelga la chaqueta de unos y otros según le convenga.
Actualizado:Ahora les ha dado por destapar las vergüenzas ajenas en un ansia de revancha dentro de un juego sucio del que todos han decidido formar parte. Y no hay que irse muy lejos, pues en nuestra propia casa el reality de la basura política está servido y aquí todo el mundo tiene cosas por las que callar y, por supuesto, información privilegiada del vecino. Ante toda la maraña de escándalos que se están sucediendo, uno puede creer aquella u otra postura, o se puede decantar por la versión que estime oportuno.
No obstante, para mí lo más preocupante de todo esto es que nada escapa a la improvisación ni responde a unas ansias de justicia del denunciante, que haya optado por volverse honrado y defender el honor de los ciudadanos. Todos estos movimientos están muy bien pensados para sacar a la luz sólo lo que al 'chivato' en cuestión le interese, porque está claro que las filtraciones entre unos bandos y otros corren por doquier. Se trata de hablar únicamente en su justa medida para que no me salpique y, sobre todo, de hacerlo cuando a mí me convenga para desviar atenciones sobre mi propia porquería.