Caso sentenciado

a investigación que la Fiscalía de Udine ha emprendido contra el padre de Eluana Englaro, tras el fallecimiento de ésta el pasado 9 de enero una vez que los médicos le retiraron la alimentación e hidratación artificial que la mantenía con vida, constituye un episodio postrero de un caso especialmente conmovedor, que no parece encauzarse en términos razonables ni siquiera después de la muerte de quien permaneció en coma durante 17 largos años. La denuncia presentada por una asociación pro vida contra Beppino Englaro vuelve a intentar trasladar al terreno judicial el desenlace de un caso que, por encima del simbolismo que ha adquirido para los defensores y los detractores de la muerte digna y la eutanasia, debería redundar en un debate parlamentario y un nuevo consenso político que introdujera seguridad jurídica en torno al testamento vital y ayudara a conjurar la división social.