'Amoscuchá', el mejor cobijo contra el viento
El barrio del Pópulo vivió la última jornada grande con ilegales, romanceros y algunas oficiales
Actualizado: GuardarEl barrio del Pópulo, el más antiguo de la ciudad de Cádiz, vivió anoche el epílogo de Amoscuchá, la concentración más popular de ilegales que, auspiciada por el Consejo del Barrio y LA VOZ, ofreció su última ración de coplas a un respetable ansioso de seguir disfrutando de la fiesta hasta el Domingo de Piñata.
En sta ocasión se notó un cierto descenso de personal con respecto al miércoles, algo lógico a todas luces ya que la jornada central de la semana es la más concurrida en este enclave señero en cuanto a presencia de ilegales y a público en general. Pero, con la incómoda ventisca que rodeaba a la noche, allí se encontraba un cobijo ideal acompañado de coplas desenfadadas.
Hasta el lugar se acercaron callejeras, las grandes protagonistas, como Los hombres de Chano, Los seises de la Catedral o Las copleras de la copla. A los seises se les veía ciertamente cansados porque repararon en la plaza de San Martín para tomarse un buen refrigerio.
Junto a ellas, las romanceros no quisieron perder la oportunidad de retornar al lugar que tanta fama les ha dado. Es el caso de La baronesa Cervera y la puta de su nuera. Detrás de la baronesa se escondía un rostro bastante popular de la ciudad, más bien de su Ayuntamiento, como era la Teniente de Alcalde Mercedes Colombo, que después de dos años ha vuelto a salir con el romancero y que se había tomado de descanso el miércoles porque se encontraba «fatal de la voz».
Otros que también llamaban la atención eran Los Michael Phelps, a los que no se acertaba a discernir si eran tan feos como el nadador porque llevaban unas gafas y un gorro. Entre los más divertidos y pijos, La boda secreta de la Duquesa de Alba, en la que llamaba la atención la presencia del jefe de prensa del Ayuntamiento de Cádiz, Sebastián Ruiz y de la jefa de prensa de Izquierda Unida, Mariló Vilches que, seguramente, se conocen de algo.
Finalmente, un romancero integrado por romanos regresaba por tercer día al lugar (éstos deben haber dormido en el Pópulo) y compartían protagonismo con el cuarteto del Gago, Esta boca es mía, y la chirigota No nos la damos, somos artistas.