Sociedad

La fiambrera vuelve a la oficina

Reducir las salidas en fin de semana, canjear el menú del día en el restaurante de la esquina por el tupper ware de toda la vida, modificar la cesta de la compra y cambiar los banquetes a la carta por el establecimiento de comida rápida. Los hábitos alimentarios de los españoles han acusado una significativa evolución en el último semestre influenciados, principalmente, por la situación económica actual. El desplome del gasto familiar tiene en el sector de la hostelería su primera víctima colateral. Según un estudio publicado por la consultora TNS, un 18,2% de los trabajadores que comen fuera de casa optaron el año pasado por la tradicional tartera, en detrimento del desembolso en restaurantes a la hora del almuerzo.

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El estudio, referente a hombres y mujeres mayores de edad (por lo que se excluyen los bocadillos de los colegios), evidencia que la medida de llevarse comida de casa para ahorrar es una tendencia al alza, detectada ya en los últimos tres años y que se ha disparado en el último cuatrimestre de 2008 por efecto de los apuros económicos que viven cada día más familias españolas.

Apretarse el cinturón

Hombres y mujeres no se comportan de igual forma a la hora de apretarse el cinturón. Ellas están más dispuestas a sacrificar el trinomio café, copa y puro en aras de la economía doméstica: según TNS, la apuesta por llevarse el tupperware de casa ha notado desde marzo de 2005 un incremento del 22% en el caso de las mujeres frente al más modesto 5,2% en lo que se refiere a la población masculina que come de lunes a viernes fuera de su hogar.

Los españoles, acostumbrados al tapeo, a las comidas fuera de casa y a las largas sobremesas, han tenido que adaptarse a la nueva situación, circunstancia que el mercado ha sabido aprovechar potenciando varios productos ad hoc (el novedoso maletín portaalimentos aumentó sus ventas un 26%) y generando la expansión de libros de cocina para llevar. La nueva situación también ha orientado nuestras visitas al súper: según el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), han aumentado las compras de pasta, platos preparados, salsas y bollería.

Esta tendencia y el recorte que los ciudadanos hacen en sus inversiones de ocio han motivado que el sector de la hostelería haya experimentado una caída del negocio que rozó el 4% en 2008, lo que supuso una pérdida de ingresos de más de 3.500 millones de euros.

Los nuevos tiempos obligan a los consumidores a adaptar su comportamiento frente a la barra del bar. Así, «donde antes se tomaban tres cañas, ahora son dos; se eligen menús más económicos, se renuncia al postre y se ha vuelto a recuperar algo que se puso de moda en la crisis anterior: compartir plato», explica José Luis Guerra, adjunto al presidente de la Federación Española de Hostelería (FEHR). Los que más sufren la crisis, detalla, «son los restaurantes de alto nivel, que vivían de su relación con las empresas y los gastos justificados; los locales y bares en zonas castigadas por el paro y los polígonos industriales también se han visto afectados».

Más cenas en casa

Cuando se trata de ajustar el presupuesto familiar, los españoles tienen claro por dónde empezar a recortar gastos. Otro estudio de TNS testimonia que las comidas dentro del hogar aumentaron un 6% el año pasado. Según esta consultora, cada español ha realizado un almuerzo o cena más a la semana en casa durante 2008; y, como es lógico, uno menos en el restaurante. Esta evolución supone un cambio de tendencia, ya que el crecimiento del último año ha doblado el ritmo de aumento de la población, mientras que en los dos ejercicios anteriores el número de comidas realizadas en casa venía creciendo al mismo ritmo que la población (2%).

Esta evolución de consumo dentro del hogar representa 2.245 millones de comidas en casa adicionales al año. Seis de cada diez de éstas se realizaron durante los principales momentos de consumo alimentario: desayuno, comida y cena, que representan casi el 80% de las ingestas realizadas en el hogar.

Sube la comida rápida

El nuevo panorama de contención de gastos tiene una vertiente positiva en el caso de los negocios de restauración pertenecientes a la comida rápida, que en 2008 vieron cómo sus ingresos aumentaron un 4%. Un crecimiento tanto más significativo por cuanto se produce en un entorno general de contención del gasto.

McDonalds España cerró 2008 con una facturación de 755 millones de euros, un 6,8% más que el año precedente. La empresa abrió 17 nuevos restaurantes en el país, lo que generó mil puestos de trabajo que, sumados a los ya existentes, suponen 19.700 empleados para la multinacional de la hamburguesa.

Para Teresa Rincón, directora de Comunicación de McDonald's España, este auge se debe a que los consumidores «buscan productos de calidad a buen precio. Los resultados obtenidos muestran el éxito de nuestras estrategias basadas en calidad y asequibilidad, valores que en esta coyuntura económica adquieren más fuerza».