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Conciliar

En su rostro se percibe una mezcla de felicidad e incertidumbre, de optimismo y a la vez de preocupación. Le quedan por delante unos cuantos meses y en esa cuenta atrás siente que tiene tantas cosas que resolver que a veces piensa que no le dará tiempo. Prefiere en ocasiones evadirse y disfrutar del momento porque sabe que esa experiencia no se la va a quitar nadie. Una amiga pronto será madre. Me comentaba con cierto desasosiego cómo iba su embarazo. Pero sobre todo me contaba con desánimo las dificultades que tendrá cuando nazca el bebé y a los cuatro meses se tenga que incorporar a su puesto de trabajo. Me explicaba que tiene uno de esos empleos de jornada completísima. Mañana, tarde y parte de la noche. Una de esas ocupaciones laborales que no conocen de horarios ni atienden a una rutina concreta. En definitiva, un trabajo en el que a priori no cabe la tan ansiada y necesitada conciliación. Su situación me parecía aún más alarmante cuando me aseguraba que su marido tenía un empleo con distintos turnos cada semana. Y para ponerme más difícil mis intentos por convencerle de que todo va a ir bien me recordaba que no tenían familia en Cádiz.

ANA MENDOZA
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Desde entonces no he podido dejar de pensar en la inquietud con la que afrontan muchos padres la llegada de un nuevo hijo. Porque me parece injusto que uno tenga que plantearse tantas angustias ante un momento tan maravilloso. Y peor aún considero que se hagan tantas leyes y se teorice sobre medidas que después no se llevan a la práctica porque a las empresas no les interesa ya que no reciben las ayudas necesarias para ello. Miedo, eso es lo que hay. Miedo y desconocimiento por parte de todos. Conciliar no quiere decir trabajar menos, sino hacerlo de forma distinta. Conciliar implica una nueva cultura de organización, supone que las empresas y las administraciones competentes adquieran como compromiso firme y sincero la responsabilidad social que les corresponde. Está demostrado que los trabajadores que logran el equilibrio perfecto entre la vida laboral y familiar resultan más beneficiosos porque están más satisfechos con sus trabajos, más comprometidos y aumentan los niveles de productividad. Bienvenidos sean programas como el de Conciliamos en Carnaval, pero no olvidemos que eso sólo es un parche que no disipa la problemática real. Confío en que cambie el sistema y sobre todo, que a mi amiga le dé tiempo de constatarlo.