PANORAMA VASCO

De ida y vuelta

La presencia de Felipe González siempre es recibida como un gesto de arropamiento por parte de los socialistas vascos. Esta vez, el ex presidente del Gobierno utilizó el marco simbólico del frontón Astelena de Eibar, donde hace 33 años encabezó el primer mitin político en democracia, para reclamar para el candidato del PSE el voto de la moderación y pedirle que no renuncie a presentarse a la investidura, si tiene la posibilidad de ser lehendakari, «lo diga quien lo diga». La frase fue interpretada por la concurrencia como un espaldarazo a López frente a quienes en el seno de La Moncloa y del PSOE pueden inclinarse por sacrificar la presidencia vasca, especialmente si Ibarretxe gana las elecciones, a fin de atraerse al PNV a un pacto de legislatura.

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Pero el apoyo de González, que era el jefe del Gobierno en las únicas autonómicas en las que el PSE logró aventajar en escaños a los nacionalistas, también puede ejercer un efecto de ida y vuelta, al airear tan nítidamente las reticencias que existirían al cambio y de las que el partido sólo se aviene a hablar en privado.