EN CONTACTO. El presidente del PP, Mariano Rajoy, habla por teléfono, ayer, durante un paseo por Orense. / EFE
ESPAÑA

El magistrado pone en entredicho la financiación de los populares

Dirigentes del partido creen que la implicación del tesorero en la trama «es un ataque directo al corazón» de la formación conservadora

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La presencia del tesorero del PP, Luis Bárcenas, en el sumario de la trama de corrupción que instruye el juez Baltasar Garzón pone en la picota la financiación del partido opositor. Mariano Rajoy negó «absolutamente» hace apenas unos días que la organización que preside haya recibido «un solo euro» de las empresas investigadas. «Empeño mi palabra», dijo al rechazar que el partido se nutra de financiación ilegal. «En lo que yo conozco», tuvo la prudencia de añadir.

La implicación de Bárcenas era la peor noticia que podía esperar el PP de la causa que instruye Garzón. Cualquier otro dirigente mantendría las sospechas limitadas a su actuación personal, mientras que el cargo de Bárcenas en la tesorería extiende las dudas a toda la organización, que se nutre de la caja bajo su responsabilidad. «Es un ataque directo al corazón del partido», comentó un alto cargo popular cuando se confirmó la noticia.

El envite a Rajoy es serio porque afecta a la cúpula del partido y puede ser la conexión, si la hubiera, entre la trama corrupta y la gestión de la organización. Miembros de la dirección creen que el presidente debe cesar al tesorero de forma inmediata e incluso abrir un expediente de suspensión de militancia. «El listón está muy alto y no hay otro camino», apunta un parlamentario de Madrid que recuerda que se obligó a Esperanza Aguirre a abrir una investigación parlamentaria sobre la supuesta trama de espionaje.

«Además, Zapatero nos ha puesto las cosas muy difíciles con la caída de Bermejo -señala la misma fuente- y Esperanza elevó el nivel al provocar las dimisiones del consejero de Deportes, el presidente de la comisión de investigación, el alcalde de Boadilla y el gerente del Mercado Puerta de Toledo». «Parece obvio el cese, la dimisión o la suspensión de militancia, pero si lo hace tiene un problema: Francisco Camps y el resto de investigados. ¿Qué hace con ellos?», añadió otro dirigente.

Sin embargo, pocos confían en que el líder del partido opte por la exigencia de responsabilidades políticas. La ampliación de la querella contra el juez instructor, que formuló a primera hora de la tarde el PP, se interpretó en el seno de la dirección popular como «un gesto del partido en defensa del tesorero». No es de extrañar, si se tiene en cuenta que el presidente puso la mano en el fuego por Bárcenas cuando fue interrogado en Antena 3 el pasado 16 de febrero. «El tesorero, mientras alguien no demuestre nada, es inocente», dijo.

Una larga etapa

El problema trasciende al equipo de dirección actual. No es sólo la gestión de las cuentas de la etapa de Rajoy la que está en entredicho porque, aunque el implicado es tesorero desde el pasado mes de junio, fue gerente de la organización durante una larga etapa también bajo las presidencias de Manuel Fraga y José María Aznar.

Siempre en el puesto de gerente, Bárcenas fue la persona de confianza del tesorero Álvaro Lapuerta desde que Aznar renovó el equipo, tras la caída de Rosendo Naseiro a principio de los 90. Pero él ya estaba en el cargo desde los años ochenta.

Nunca ha tenido un perfil político e incluso la mayoría de la organización ignora que es senador porque siempre desempeñó un papel de mero gestor.

Se presentó a las elecciones por Cantabria aunque es de origen andaluz. Accedió a la candidatura de senadores en 2004 con vistas a disponer de aforamiento para suceder a Lapuerta en la tesorería, lo que ocurrió en junio pasado.

En la sede del PP era conocida su amistad con Francisco Correa, el jefe de la trama que investiga Garzón, y también que se interrumpió en coincidencia con el cese de contrataciones de la dirección nacional del partido con las empresas de Correa en 2004.

Cuando apareció su nombre en las grabaciones captadas al líder de la trama, en las que mencionaba una fuerte cantidad de dinero que habría pagado al entonces gerente del PP, Bárcenas lo negó todo en público y también en privado ante sus jefes.