Las buenas palabras no son suficientes
El efecto de las palabras del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y del presidente de la Reserva Federal norteamericana, Ben Bernanke, quien ayer volvía a hablar en el Congreso, se han diluido por completo. Tras el «rally» alcista del martes, provocado por el optimismo de ambos y por el alejamiento de la posibilidad de más nacionalizaciones bancarias, Wall Street volvía a caer el miércoles. En un mercado bajista como éste, las buenas palabras no son suficientes. De nuevo, los datos inmobiliarios publicados al otro lado del Atlántico volvían a ser malos: las ventas de casas de segunda mano en Estados Unidos cayeron un 5,3% en enero. Y los bancos volvían a estar en el ojo del huracán. Merrill Lynch, absorbido por Bank of America el pasado mes de enero, presentó unas pérdidas mayores de lo estimado.
Actualizado: GuardarEl pesimismo reinante en Estados Unidos se trasladó al Viejo Continente. Por ejemplo, el Ibex, pasó de los números verdes, de subir alrededor de un punto porcentual y situarse en los alrededores de los 7.600 puntos, a caer hasta los 7.400 puntos. En un pequeño «rally» final, el Ibex consiguió colocarse de nuevo en positivo. El indicador salvó los muebles y logró subir un 0,38% al cierre, con lo que se situaba en los 7.512,10 puntos.
Si el Ibex terminó con avances fue gracias a los grandes valores. Así, el más rentable de todos fue el Santander, con una revalorización del 2,77%, hasta los 4,83 euros. BBVA, por su parte, se apuntó un 2,15%.