Carlos Infantes, cirujano del corazón
Están próximos a cumplirse 25 años desde que «reparó mi motor» que estaba a punto de pararse y consiguió que siguiera funcionando magníficamente, con las revisiones correspondientes, como cualquier otro buen «motor».
Actualizado: GuardarNo voy a enumerar sus méritos o valores puesto que ya lo han hecho eminentes personas y entidades, con premios, honores y reconocimientos sobradamente merecidos.
Pero sí quiero hacer referencia a dos cualidades dignas de mencionar y que puedo dar fe de ellas por haberlas vivido en mi propia persona. Una es sentimental y la otra racional.
La parte sentimental comienza en la primera consulta con usted, cuando llegas «sin que te llegue la camisa al cuerpo» porque ya te han comunicado «que te tienen que abrir en canal».
Pues bien, yo no sabría decir lo que te dice, ni como lo dice pero puedo asegurar, que desde ese momento hasta que llega la hora de ir al quirófano, ha conseguido generar en una persona tal confianza, seguridad y esperanza, que incluso ha aliviado el cincuenta por ciento de tu dolencia.
El otro cincuenta por cierto de racional es muy sencillo; lo avalan 25 años con una calidad de vida tan magnífica como su trabajo y el de todo su extraordinario equipo.
Gracias don Carlos, de este corazón agradecido y estoy completamente seguro que también el de otros cuantos miles que siguen latiendo tan felices como el mío.
Luis Pérez Santos. Cádiz