
Londres oculta las conversaciones secretas sobre la guerra en Irak
El Gobierno no dará a conocer los contactos para participar en la guerra
Actualizado: GuardarSilencio sobre las decisiones que llevaron a la guerra de Irak. El Gobierno británico ha decidido vetar la difusión de las actas de los consejos de ministros de marzo de 2003 en los que se decidió la implicación de Reino Unido con el objetivo de evitar «daños serios» para el gabinete ministerial, pese a que el Tribunal de Información dictó hace un mes su publicación debido al «interés público» de los debates.
El titular de Justicia, Jack Straw, anunció ayer el veto en el Parlamento para poner fin a una prolongada batalla legal promovida por los grupos que reclaman su derecho a conocer las conversaciones del Ejecutivo que encabezaba Tony Blair cuando se sumó a la operación liderada por Estados Unidos contra el régimen de Sadam Husein.
Según explicó Straw en la Cámara de los Comunes, revelar los contenidos de las reuniones celebradas el 13 y el 17 de marzo en las que se discutió si la invasión contaba con la autorización de la normativa internacional, supondría «potenciales daños serios» para el Gobierno y no generaría «ningún beneficio para el interés público».
La decisión final correspondió a Straw, pero fue aprobada en Consejo de Ministros. Una posición que compartió la oposición del Partido Conservador, que la consideró «correcta» debido a los efectos que habría podido causar en futuros debates de otras cuestiones.
Por su parte, el asesor del Ejército de EE UU, Al Meqdad Yibril, confirmó ayer que un traductor falleció y cuatro soldados estadounidenses resultaron heridos en un ataque a una comisaría en Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad.