Rossi devuelve la esperanza al Villarreal

El Villarreal sigue sin perder en El Madrigal en ' Champions ' y el Panathinaikos sin vencer en España tras una década. Sin embargo, detrás de esos datos se esconde un frustrante empate para los voluntariosos locales e inmerecido para los ultradefensivos griegos.

El encuentro comenzó según lo previsto. El Villarreal tenía la posesión y por ende el control del juego. El Panathinaikos muy ordenado, se mantenía agazapado a la espera de matar a la contra.

Los locales, invictos en su feudo, no desesperaron ante la maraña defensiva del oponente. Ibagaza, Rossi y Cazorla se asociaban para generar fútbol, pero el rigor griego inmovilizó los ataques amarillos. Pese a una temprana ocasión de Llorente, los de Pellegrini desconectaron poco a poco del encuentro, embriagados con el cloroformo heleno.

El Panathinaikos estaba cómodo en el terreno de juego a la espera del error rival. Karagounis era el más activo de los griegos, pero sin inquietar el área de Diego López. A veces, lo que no se consigue de forma colectiva puede hacerse con las individualidades y el 'submarino amarillo' está plagado de jugadores desequilibrantes. Ibagaza recibió el balón en el centro del campo, levantó la cabeza y se inventó un pase medido a Rossi que dejó al italiano sólo en el área, pero Galinovic desvió el tiro con el pie cuando la grada cantaba el gol.

Los mejores minutos de los locales coincidieron con la mayor participación de Ibagaza en el juego. El media punta hacía jugar a sus compañeros, en especial a Cazorla, Llorente y Rossi. El propio ex rojiblanco tuvo una ocasión que salió rozando el palo. De los helenos no se tenían noticias más que por las tenaces patadas que lanzaban a los villarrealenses. Sin embargo, un tiro lejano y sin peligro alguno de los griegos se convirtió en un gol fantasma cuando Diego López lo atajó dentro de la portería. El árbitro no señaló nada.

Gol inmerecido

Más de lo mismo en la segunda mitad. El partido era controlado por el 'submarino amarillo', aunque sin claras ocasiones y con un juego algo plomizo ante la férrea defensa rival. Los griegos, satisfechos con el resultado, no se prodigaban en ataque. No les hizo falta: Karagounis enganchó un zapatazo desde fuera del área y el balón se coló por la escuadra. Primera llegada seria, primer gol. El Madrigal, inexpugnable en ' Champions ' se tambaleaba.

Pellegrini sacó toda la artillería con Nihat y Pires. Las nuevas armas dieron su fruto de manera instantánea. Cinco minutos después del gol, el veterano francés fue derribado dentro del área. El colegiado señaló la pena máxima que Rossi se encargó de transformar para igualar el encuentro y anotar su tercer tanto en la competición. El Villarreal buscó con insistencia y algo de precipitación el merecido segundo tanto que nunca llegó. Pocas veces tan poco fútbol recibió tanto, pero el Panathinaikos salió vivo de El Madrigal.