Zarpazo a la baja
Al Xerez le costó encontrar el camino para lograr la quinta victoria seguida Aythami logró el tanto de la victoria cuando el Córdoba jugaba con dos menos
Actualizado: GuardarEl Xerez le pegó un nuevo zarpazo a la tabla de clasificación. Sumó tres puntos, roza los cincuenta, se destacó de la mediocridad de la zona alta de Segunda División, logró un nuevo triunfo lejos de su estadio, se colocó en lo más alto de los mejores visitantes, es el conjunto más goleador y el menos goleado. Una lista de records y virtudes que no sirvieron para endulzar el mal sabor de boca con el que abandonaron Córdoba los casi tres mil aficionados xerecistas que se desplazaron hasta El Arcángel. Y es que, a pesar de ganar y ganar, el Deportivo continúa acumulando victorias pero ya ha dejado atrás el buen juego. Los de Esteban apuestan ahora por un fútbol mucho más práctico, más eficaz y contundente, que brilla menos pero que luce tal cual en la tabla de clasificación.
Ayer los azulinos pusieron de su parte para que el partido les fuera cuesta abajo, y aún así les costó más de la cuenta encontrar la vereda hacia la victoria. El Córdoba se quedó con dos hombres menos, y la falta de lucidez pudo durante muchos minutos con el equipo de un Esteban Vigo que encontró las soluciones a tiempo ante un rival que se defendía con cantidades importantes de casta.
Al Córdoba le superó la situación desde el principio. Salió del vestuario sobrexcitado por el ambiente, hipermotivado por el rival, por un escenario coloreado de derbi, por la presión de salir de la zona baja, con ansias por sumar la tercera victoria consecutiva. Tenían tantas ganas de agradar que ni el pase más corto iba con precisión al pie del compañero. De hecho, si se hubiera visto al Xerez que juega en Chapín, los de Esteban habrían aprovechado la situación mucho antes de lo que lo hicieron, pues durante muchos minutos los azulinos se contagiaron de la locura cordobesista.
Tanta alegría dejó una primera parte cargada de ocasiones. Las primeras llegaron apenas superados un par de minutos y con una diagonal de Carlos Calvo que controló dentro del área un balón enviado desde la esquina contraria del rectángulo de juego. La mitad de la defensa se quedó pidiendo fuera de juego y la otra mitad le cerró los espacios a un madrileño que lo intentó de tiro cruzado. Su disparo murió en las piernas de uno de los zagueros.
Ese primer acercamiento abrió los ojos a unos azulinos que apenas sufrían presión alguna en la salida del balón. Aythami y Martí podían pasear con tranquilidad y conectar con Viqueira para que el gallego creara. Emilio solía mirar a Momo y el canario a Antoñito, pero el sevillano no estaba especialmente acertado. Jugaba con pausa, prácticamente no salía de su losa, el pase era corto e impreciso y el regate espeso.
Por el flanco derecho a Carlos Calvo la bola siempre le llegaba en largo. El madrileño apretaba en velocidad, pero flojeaba en los centros. Calle no pudo rematar nada de lo que le llegaba desde la derecha, pero mantuvo la paciencia jugando de espaldas a la portería y acabó encontrando su premio. El madrileño fue derribado dentro del área por el abrazo del oso Gaspar en una jugada cargada de polémica: el crono había superado la media hora cuando El Arcángel al completo pedía permiso para que Javi Flores volviera al rectángulo de juego -el cordobesista había salido para cambiarse de botas-. El colegiado, apoyándose en el reglamento, estaba esperando a que el juego se volviera a detener para que el Córdoba volviera a estar con once, pero ni sus propios compañeros tiraban la bola fuera para que Flores pudiera regresar. De hecho, no pudo volver a entrar hasta que Gaspar impidió que Calle se plantara en las narices de Navas, en lo que era un manifiesta ocasión de gol. El propio delantero madrileño se encargó de materializar la pena máxima entre el monumental e injustificado cabreo de la grada.
El tanto dejó sin conocimiento a un Córdoba que no olió la posesión del esférico hasta la reanudación, pues fue entonces, cuando el equipo de Luna Eslava puso en aprietos al Xerez, a pesar de estar con un jugador menos.
La jugada del empate fue similar a la del tanto azulino, pues cuando Carlos Calvo presuntamente derriba a José Vega -las imágenes de televisión desvelan que prácticamente no lo toca-, el Xerez estaba con un jugador menos, pues Iglesias Villanueva tampoco dejaba volver al juego a un Aythami al que habían atendido por una lesión. Cristian Álvarez abrió un paréntesis de alegría para un Córdoba que apenas un par de minutos más tarde volvería a la tristeza. Joselito Vega cerraba el paréntesis con una segunda tarjeta amarilla que dejaba al conjunto local con dos jugadores menos.
Fue entonces cuando el partido pasó a disputarse única y exclusivamente en el área del Córdoba. Luna Eslava ideó una fortificación confeccionada por dos barreras de cuatro hombres con la que Moreno y Viqueira chocaban una y otra vez. El valenciano conducía la jugada constantemente por el centro de la defensa, pero aquello era impermeable. El frontón duró hasta pasada la media hora de la segunda parte y tras el cambio de sistema del técnico azulino. Esteban dejó a Viqueira como pivote, Brian por detrás de Calle y Bermejo, mientras que Momo y Pedro Ríos se abrían a las banda. Una vez cambiado el chip, la primera jugada que se hizo por banda acabó con éxito. Mendoza y Aythami se incorporaron al ataque, el lateral la puso desde la izquierda y el canario empaló al fondo de la portería para lograr el tanto de la victoria.
Sufrimiento
Pero ni con el marcado a favor se acabó el sufrimiento para un conjunto azulino que incluso temió por los tres puntos en los diez minutos finales. El Córdoba tuvo ocasiones cuando peleaba con dos futbolistas menos y demostrando que le sobraba casta, pero ni Natalio ni Pablo Ruiz fueron capaces de rematar un centro de Arteaga que se paseo por la línea de gol de un Xerez que daba un zarpazo sin uñas, un golpe a la baja, un tortazo feo pero contundente a la Liga.
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