SALTO. Rakocevic lanza ante el alero Carlos Jiménez. / EFE
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El Tau se proclama campeón con agonía en una final apasionante

La defensa del Unicaja llevó al límite al gran favorito, que necesitó la prórroga para resolver en los últimos segundos Los vitorianos ganan su sexta Copa gracias a Mickeal

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En una final apasionante, resuelta en los últimos segundos de la prórroga, el Tau Cerámica conquistó su sexta Copa del Rey, la tercera para el club vitoriano en las seis últimas ediciones, con una agonía inesperada. El Unicaja, un dignísimo subcampeón por el que nadie apostaba, llevó con su defensa al límite al gran favorito y soñó con el título casi hasta la bocina del tiempo añadido, hasta que el americano Pete Mickeal taponó un lanzamiento triple de Berni Rodríguez que puso fin a tanta tensión y emoción vivida en el Palacio de los Deportes, donde el Tau ya ganó la Copa hace tres años.

Ayer fue el escenario de una de las mejores finales que se recuerdan, en la apareció para decidir Mickeal, protagonista de una prórroga soberbia, en la que consiguió ocho puntos y evitó que el lanzamiento triple de Berni cambiase el destino en el último momento. Y con Rakocevic y Splitter ya eliminados en el banquillo, sufriendo una angustia interminable por el esfuerzo realizado por el Unicaja, con el que Aíto estuvo a punto de llevarse su sexta Copa con tres equipos diferentes. Dusko Ivanovic, sin embargo, ya suma cuatro títulos en esta competición.

Es lo que tiene el poderoso Tau. Que dispone de tantos grandísimos jugadores que cualquier puede decidir un título. En este caso, al final fue un jugador con un físico, un talento y un carácter impresionante, Mickeal, aunque Teletovic también estuvo espectacular en un intenso y vibrante partido, en la que también resultó clave la experiencia. El Tau ya está curtido en mil batallas. El Unicaja, en cambio, aunque le faltase algo de suerte en el momento de la verdad, pecó de precipitación y falta de oficio. Como ocurrió en esta última jugada en la que tuvo que jugársela Berni porque Archibald, que estuvo enorme todo el torneo, no se atrevió a decidir.

Pese a Archibald

En su mejor partido en la competición, el Unicaja acarició la gloria frente a un Tau que ha tenido que sufrir en sus tres partidos. Pero en el que más, en esta final en la que no estuvo nunca más de ocho puntos arriba, en un último cuarto repleto de emociones que pareció estar sentenciado a falta de menos de cuatro minutos (73-81). No fue así porque lo impidieron el sorprendente Gomis, el siempre fiable Haislip, Archibald, insuperable en la zona -ocho rebotes ofensivos-, que sacó de quicio a Splitter y, sobre todo, la defensa del Unicaja, con Aíto alternando zonas para poner de los nervios al Tau. Teletovic tuvo en sus manos la victoria con 87-87 antes de llegar a la prórroga, pero su triple no encontró aro. Fue uno de los 11 de 29 triples que falló el Tau, pero el que realmente pagó su falta de acierto fue el Unicaja (5 de 23 triples). A los malagueños les salvó para llegar vivos a la recta final su defensa, su incansable presión y su rebote.

Esta vez el Tau no pudo aplicar su habitual rodillo. Tuvo que fajarse para imponer su calidad, y fueron varios los jugadores que aportaron para el título. Con Rakocevic sin estar al cien por cien tras pasar una mala noche por problemas estomacales y acabar lesionado -aunque terminó con 14 puntos-, por encima de todos, aunque el MVP fuese para Teletovic, sobresalió Mickeal. «Es un jugador que en los momentos decisivos siempre está ahí», reconoció Ivanovic en referencia al genial alero estadounidense.

Quizás si no hubiese sido por él, el Unicaja sería ahora campeón. «Después de perder así, nos podemos ir con la cabeza bien alta», aseguró Aíto García Reneses, orgulloso, como toda la afición que disfrutó con el espectáculo, de un equipo al que le faltó más acierto ofensivo pero que sólo estuvo un pequeñito peldaño por encima de uno de los mejores equipos de Europa.