Una guerra de botellazos despejó la zona

Tradicionalmente, San Juan de Dios había sido una zona de paso más que de concentración. Sin embargo, la llegada de más visitantes, con respecto a otros años, quedó patente en los alrededores del Ayuntamiento, donde se concentraron miles de personas, convirtiendo este enclave en un punto conflictivo más. La Policía Nacional recibió en la noche dos avisos de reyerta en esa zona, aunque la más grave ocurrió en torno a las cuatro de la madrugada. Uno de los tres equipos Zodiacos -18 efectivos en total- no pudo llegar con celeridad a ese punto de la ciudad por culpa del caos circulatorio que reinaba en plaza Sevilla y Canalejas. Pero al conseguir penetrar a pie en San Juan de Dios, los agentes vieron cómo el centro de la plaza estaba completamente despejada, y no había sido fruto de ninguna intervención policial. La gente había escapado del lugar al «llover» botellas y vasos de cristal, en una batalla que había iniciado un individuo, según relataron numerosos testigos que indicaron a los policías por dónde se había ido. Los efectivos se encaminaron hacia la calle Nueva y allí más personas confirmaron que se trataba de un hombre que iba provocando destrozos y la había emprendido también con los contenedores de basura.